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Día Internacional de las Víctimas de Desaparición Forzada

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Cada 30 de agosto se celebra el día internacional de los detenidos-desaparecidos. Muchos de mi generación en la izquierda tenemos en la memoria a cercanos en esa condición. Los míos tienen que ver con la militancia en el MIR entre 1972, cuando me sumé con 15 años a actuar en favor de la idea de una revolución social necesaria frente a la magnitud de las desigualdades existentes, y 1976, cuando fui destituido en el exilio por discrepancias variadas sobre métodos y fines y me integré a la convergencia socialista.

Compartí en la dirección de estudiantes secundarios de la que formaba parte, a cargo de los estudiantes particulares, con Luis Valenzuela Leiva y Mauricio Jorquera Encina, ambos del Instituto Nacional. Luis fue candidato del MIR a la FESES en 1972 y fue el jefe de la dirección de estudiantes secundarios del MIR en 1973. Leonidas, como le decíamos, era afable, tranquilo, muy capaz, organizado, y dirigía ese grupo de una manera cordial y dedicada. Fue detenido a los 21 años el 10 de enero de 1975. Nadie supo las circunstancias de su detención. Nadie lo vio más, salvo los agentes de la represión.

En esos meses prestábamos un apoyo crítico, en medio de una situación convulsionada, a la iniciativa de la Escuela Nacional Unificada, que habíamos discutido junto al representante de la Comisión Nacional Estudiantil del MIR, Sergio Riffo Ramos, una persona cálida y capaz, estudiante de Sociología de la Universidad de Concepción. Permanece desaparecido, luego de ser detenido a los 23 años por la DINA el 25 de noviembre de 1974.

Mauricio Jorquera (el chico Pedro, como le decíamos) destacaba por su inteligencia, su oratoria y vehemencia tranquila, y también por su cordialidad. En el tráfago de actividades y tensiones, no lográbamos coordinar mucho, salvo ser parte de todas las movilizaciones. La derecha secundaria dirigida por Allamand y la DC por Salazar y Artaza estaban en la calle periódicamente y nosotros los confrontábamos e intentábamos impedir que los liceos y colegios se sumaran al paro indefinido conducente al golpe de Estado que promovían. En agosto de 1973, en la Alameda a la altura de la Iglesia San Francisco, avanzamos algunas decenas de militantes hacia un grupo de manifestantes de extrema derecha que ocupaba la calle a una cierta distancia. Sonaron disparos. A dos metros cayó baleado en el cuello Mauricio y rápidamente fue evacuado hacia la Posta Central. Se recuperó. Pero el 5 de agosto de 1974, cuando cumplía 19 años, Mauricio fue detenido en la calle por una delación de la "flaca Alejandra". Fue visto en Londres 38, Cuatro Álamos y José Domingo Cañas, en malas condiciones. Luego nadie que no fueran los agentes de la represión lo vio más. Mauricio fue parte de la lista de los 119 publicada en un vergonzoso montaje periodístico de La Segunda el 24 de julio de 1975.

Muchas veces nos movilizábamos alrededor de la Casa Central de la Universidad de Chile y el Instituto Nacional, situaciones en las que veía con frecuencia a Alfonso Chanfreau Oyarce, de la dirección de estudiantes universitarios del MIR. El 30 de julio de 1974 fue detenido, entre otros por Osvaldo Romo, y torturado en Londres 38 y Villa Grimaldi. Desde el 13 de agosto, nadie que no fueran los agentes de la represión lo vio más. Alfonso fue parte de la lista de los 119.

Luego están mis compañeros y compañeras de la estructura territorial de la zona oriente en que militaba, diezmada por la DINA a partir de 1974, especialmente por Osvaldo Romo. Quien nos dirigía, el jefe del llamado G3, "Aníbal", Agustín Reyes Gonzalez, una persona cálida y afable, fue detenido y desaparecido el 27 de mayo de 1974, con 23 años. Anibal fue parte de la lista de los 119.

El Pampa y el Titín, Miguel Ángel Acuña Castillo y Héctor Garay Hermosilla, amigos y jóvenes de 19 años y alegres estudiantes del liceo 7, fueron detenidos y desaparecidos el 8 de julio de 1974, por entonces recién ingresados a la universidad. El 10 de julio también cayeron, a sus 20 años, la pareja conformada por Edwin Van Yurik y Bárbara Uribe, entusiastas y gentiles. Todos ellos fueron parte de la lista de los 119. Más tarde caería otro de los encargados del G3, apodado el "Topaloma", de una gran simpatía, Mario Maureira, detenido y desaparecido el 8 de agosto de 1976, con 23 años.

Con parte de ellos compartí los días posteriores al golpe y el intento de resistencia de tres días en la zona. Luego, dado que tenía 16 años y ninguna condición para permanecer clandestino, salí al exilio, con mi familia forzada a salir del país, para estudiar y luego volver a Chile, a fines de 1980. Desde entonces, trato de honrar con los mejores esfuerzos, en los distintos derroteros recorridos, la memoria de mis compañeros y compañeras detenidos y desaparecidos, como la de todos los demás caídos, en la lucha común por un mundo más libre y de iguales en dignidad y derechos.

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