Publicado en La Nación el 16 de mayo El informe de la comisión presidencial sobre Trabajo y Equidad tiene varios méritos. No buscó un consenso artificial, sino que expuso abiertamente divergencias para su resolución por la esfera política, que es donde estos temas deben dirimirse en democracia. Realizó un trabajo de recopilación de opciones y expuso algunos consensos importantes. Estos dejan, sin embargo, una sensación poco sustanciosa para acometer la tarea principal: reducir las desigualdades en Chile. Es de lamentar que una parte de los consejeros, expresando las voces de derecha, no haya aceptado la opinión de otros en el sentido de recomendar metas de reducción de las disparidades sociales, así como umbrales garantizados tipo AUGE. En Chile, instituciones distorsionadas aceptan metas de inflación, pero no de equidad. Exigen garantías a la propiedad del capital, pero no aceptan garantías de medios mínimos de subsistencia para los que nada tienen. Así va el país del bajo riesgo fi...