¿Por qué los acontecimientos desencadenados a partir de septiembre de 1973 siguen tan presentes en Chile y tan vivo el dolor que provocan? Los que vivimos en el exilio en Europa no percibimos una situación semejante respecto de la segunda guerra mundial, por ejemplo, cuando llegamos allá unos treinta años después de su término. Los sufrimientos humanos habían sido gigantescos, pero los responsables históricos estaban claros, se había hecho justicia y probablemente eso permitía que la sociedad pudiera mirar adelante en base al ideal democrático y de integración. ¿Será que, en cambio, el tema del Golpe de 1973 funciona en nuestro país como lo que el sicoanálisis denomina un trauma no superado, que se transmite además a las nuevas generaciones? La hipótesis de que en Chile nuestro trauma, grave, pero de una magnitud no comparable con una guerra mundial, no ha sido adecuadamente procesado, en detrimento de la convivencia en el presente, es digna de ser explorada. Primero, el reconocimi...