En Blog Cooperativa Los discursos del 21 de mayo no son exactamente literatura exaltante. Aunque podría no ser así, tienen un componente de letanía que los hace poco atractivos. Los presidentes tienen la opción de dar cuenta de su tarea y de sus programas futuros con cierta exhaustividad, y entonces resultan larguísimos, porque el Estado de Chile hace muchas cosas en muchas áreas. O bien avanzan rápido, lo que los que lo escuchan agradecen. Pero si no logran expresar visiones convocantes y delinear lo principal de la tarea de gobierno, resultan superficiales y propagandísticos. Aunque hubo afirmaciones interesantes, no escapamos hoy a la letanía ni a la propaganda. La reconstrucción, la economía, el empleo, la seguridad, la educación, la salud, la pobreza, la modernización del Estado fueron vistos por Sebastián Piñera con los ojos de la complacencia. A los pobladores de Dichato, en donde no hay una sola casa reconstruida, tal vez los recorrió alguna irritación. En materi...