La elección de diciembre de 2005 tiene una característica: se producen importantes distancias en los resultados de los grandes bloques políticos a nivel parlamentario y sus liderazgos presidenciales. Mientras la derecha suma 38,7 % en diputados a nivel nacional, sus candidatos presidenciales suman 48,6 % (25,4% y 23,2% respectivamente). Lavín desborda solo un punto sobre la UDI (fuerza que suma 22,3% del electorado), reduciéndose a representar su partido de origen. En cambio, Piñera agrega 11,3% a los votos de RN (partido que suma 14,1% del electorado). A la inversa, la Concertación logra un 51,8% de los votos a nivel de diputados, mientras Michelle Bachelet obtiene un 46% en la elección presidencial. El pacto Juntos Podemos Más obtiene un 7,4% de los votos y Tomás Hirsch un 5,4% de los mismos. ¿Es esta disparidad una situación nueva? Hay que remitirse a las elecciones de 1989 y 1993, en las que también existió la simultaneidad presidencial y parlamentaria (lo que no ocurrió en 1999). ...