Los acontecimientos de los últimos días probablemente cambiaron bastantes cosas en el mundo. El retorno de las revoluciones populares, en este caso en el mundo árabe, se ha acompañado de la autorización del Consejo de Seguridad de la ONU para evitar que un tirano desequilibrado que lleva cuarenta años en el poder siga disparando contra sus ciudadanos rebeldes y siga retomando ciudades insurrectas a sangre y fuego. La decisión de la ONU es un hecho inédito que llama al optimismo, con el compromiso de no invadir pero si de evitar más sufrimientos al pueblo libio. Cuenta con el apoyo de la Liga Árabe y los países africanos y la abstención de Rusia y China, que es una luz verde. Esto genera obligaciones nuevas para el mayor poder militar, el del occidente desarrollado, que está ahora llamado a detener una matanza de civiles y no a ampliar sus áreas de influencia y dominio en base al uso unilateral de la fuerza. Queremos creer que se perfila un orden internacional n...