Entrevista en El Mercurio
Gonzalo Martner (PS), embajador en España, a dos semanas de las elecciones:
"ME-O también podría ser un gran continuador de la Presidenta Bachelet"
Crítico de la dirección actual del PS, analiza las causas que impiden que Eduardo Frei supere el 30%. Habla de desgaste de la Concertación, de falta de sintonía con la gente, de ausencia de proyectos y rechaza las acusaciones de traición contra los que apoyan a ME-O. "Marco Enríquez-Ominami claramente puede ser uno de los liderazgos jóvenes que la Concertación necesita para renovarse", señala tras un año de silencio.
ROCÍO MONTES R. Desde Madrid
El socialista Gonzalo Martner Fanta (Santiago, 1957) asumió como embajador en España en diciembre de 2008, hace casi un año. Durante este tiempo, ha procurado guardar un cuidadoso silencio sobre los vaivenes de la política local, aunque desde su oficina de calle Lagasca, en uno de los sectores más exclusivos de Madrid, sigue al dedillo a través de internet hasta los pequeños detalles de este convulsionado año electoral.
La discreción de Martner no es algo habitual: durante su larga vida política -debutó a los 15 años en el MIR- se ha caracterizado por ser un dirigente controvertido, rebelde. En 2003 logró la presidencia del PS con amplia mayoría, convirtiéndose en el primer socialista no histórico en ocupar tal cargo. Dos años más tarde, sin embargo, en enero de 2005, fue removido de la mesa tras una maniobra de Camilo Escalona. Entonces asumió como líder de la disidencia, papel que desempeñó férrea y a veces solitariamente.
En eso estaba cuando cruzó el Atlántico para encabezar la delegación chilena en España. Aunque el cargo se lo ofreció la propia Presidenta Bachelet, no pocos leyeron en este gesto una jugada de la dirección socialista para alejarlo de la política coyuntural.
Martner cita muy temprano, antes del inicio de la jornada laboral. A dos semanas de las elecciones, quiere poner fin a su silencio y hablar en su calidad de ciudadano y no de diplomático: "Estando fuera del país no me corresponde involucrarme en la campaña. Sin embargo, yo he tenido un rol político antes y lo tendré después de esta función de embajador".
-¿Cómo ha visto la campaña?
-A uno le preguntan con frecuencia cómo se explica que una coalición que tiene a una Presidenta con una popularidad tan alta, tenga una candidatura presidencial que no supera el 30%. Es un dato nuevo y esta situación hay que constatarla, no rehuirla.
-¿Por qué cree que la Concertación llegó a esta situación catastrófica que usted describe?
-No soy catastrofista, simplemente constato una situación. Y uno escucha cuatro explicaciones para haber llegado a ello: desgaste de la Concertación, pérdida de sintonía con las aspiraciones de la opinión pública, ausencia de proyectos de futuro que entusiasmen y la supuesta traición que se les adjudica a algunos de los "malvados" que piensan distinto. De esas cuatro, yo me quedo con las tres primeras y, definitivamente, rechazo la cuarta, porque es la manera estalinista de ver la política.
-¿Cree que tiene futuro una coalición desgastada?
-La solución es simple: innovar. Lo que se desgasta hay que oxigenarlo, renovarlo y darle nuevas características sin renunciar a una identidad política. La coalición, sin embargo, con todo el respeto del mundo que merece el ex Presidente Frei, decidió poner por delante a un ex Mandatario antes que a una figura nueva. Figura nueva, por ejemplo, es Marco Enríquez-Ominami, u otras que pudieran haber emergido. No se hizo y ahora se pagan los costos.
-¿ME-O hubiese sido mejor candidato que Eduardo Frei para representar a la Concertación?
-Creo que deberían haber sido los dos candidatos, sin que ello significase ruptura, descalificaciones como ha habido, ni la creación de un clima de división. Nos podríamos haber ahorrado todo eso con unas primarias auténticas, o bien con la participación desdramatizada de una candidatura de centro y otra candidatura de centroizquierda laica en primera vuelta, con compromiso de apoyo mutuo en segunda. Había dos mecanismos posibles. No se usó ninguno de los dos y lo que tenemos es un desequilibrio.
-¿Le parece que las primarias no fueron auténticas?
-Cuando se hacen en dos regiones y no se puede escuchar el debate en televisión, me parece que no son las que corresponden. Primaria fue aquello que se realizó entre Ricardo Lagos y Andrés Zaldívar, eso fue una primaria. Hoy en día el electorado de la Concertación está claramente dividido. Hay que asumir la situación y reafirmar la pluralidad del conglomerado, al mismo tiempo que desterrar todas las prácticas de descalificación y clientelismo político.
-Usted no estará en Chile el próximo 13 de diciembre y, por lo tanto, no votará. ¿Pero está con ME-O?
-Estando fuera del país, no creo que me corresponda pronunciarme. Si me pronuncio, sería para ir y participar. Pero sí constato que el electorado de la Concertación está al menos en dos candidaturas distintas. Y yo hubiese preferido que eso se hubiera asumido desde el principio y no sofocado artificialmente. Yo soy partidario de que los jóvenes, los que tienen 40 o menos años, tomen la conducción de la Concertación en la etapa que viene.
-¿Marco Enríquez-Ominami?
-Marco Enríquez-Ominami tiene menos de 40 años, él verá cuáles son sus opciones, pero claramente puede ser uno de los liderazgos jóvenes que la Concertación necesita para renovarse. Sólo los que están obsesionados por el sectarismo y la descalificación pueden no decir que Enríquez-Ominami es hoy en día uno de los liderazgos de la centroizquierda chilena.
-El Gobierno y la Concertación han manifestado que la única candidatura que es capaz de dar continuismo al gobierno de la Presidenta Bachelet es la de Eduardo Frei.
-Aquí no hay nadie que sea el único en representar nada. El que pretenda actuar a nombre de los demás, sin considerar a los demás, y aplastando a los demás, no tiene nada que ver con el espíritu de la Concertación.
-¿Marco Enríquez-Ominami puede ser continuador de la Presidenta Bachelet?
-Por supuesto que sí. Marco Enríquez-Ominami también podría ser un gran continuador de la Presidenta Bachelet. No sé si quiera, pero claro que puede serlo.
-¿Le ve posibilidades a la candidatura de la Concertación?
-Chile no es un país de derecha, y los que no somos de derecha creo que nos vamos a jugar a fondo por cualquiera sea el que pase a segunda vuelta para que gane la elección, y sin duda si es el ex Presidente Frei.
-Usted conoce a ME-O desde 1973, cuando el diputado tenía tres meses de vida, es amigo de sus padres y, oyéndolo, no cuesta imaginar que, si estuviera en Chile el 13 de diciembre, votaría por él y no por Frei.
-Estaré fuera de Chile.
-¿Cree que Frei es el mejor candidato que la Concertación pudo tener?
-Es público y notorio que fui una de las personas que pensaron otra cosa, que pensaron que el ex Presidente Lagos era quien debía ser el candidato. No fue así, pero no hay que llorar sobre la leche derramada.
-Usted habla de una falta de sintonía entre la Concertación y la sociedad. ¿A qué se refiere? ¿A una agenda más progresista?
-La sociedad chilena fue evolucionando hacia una doble demanda: equilibrar la economía de mercado con una fuerte protección social y discutir sobre los temas de las libertades personales, que tienen que ver, por ejemplo, con el derecho de la mujer en materia de aborto (al menos cuando hay violación, cuando hay incesto, cuando hay peligro para la salud física y psíquica de la madre). La evolución de la Concertación en estos temas fue exactamente igual a cero porque hay una parte de la coalición que se niega a discutirlos y los veta, ésa es la verdad.
-Según usted, la Concertación carece de un proyecto.
-La colonización del neoliberalismo en las filas de los distintos partidos de la Concertación ha inviabilizado que tengamos una mínima credibilidad respecto a que tenemos un proyecto de sociedad por delante. La apreciación de oportunidades de ocupación de espacios burocráticos en el Estado es lo que se ha constituido como proyecto político.
-¿Ha visto el programa del candidato de la Concertación?
-Yo leo que desde la candidatura de Eduardo Frei se propone fortalecer la educación municipal, pero entregando recursos sólo a aquellas escuelas que demuestren buenos resultados. Y a mí eso simplemente me eriza. ¿Y a la escuelas municipales con malos resultados les vamos a quitar recursos, vamos a dejar de darles recursos adicionales? Tiene que ser exactamente todo lo contrario. La Concertación que yo he conocido hubiera sido incapaz de hacer una propuesta tan neoliberal y reaccionaria.
"A lo mejor me van a echar del PS"
Análisis de la situación interna del partido
-¿Qué responsabilidad le cabe al socialismo en la situación actual que enfrenta la Concertación?
-Es una situación bastante curiosa: el partido del que salen tres candidaturas termina apoyando a un presidenciable que no forma parte de la izquierda laica y democrática de Chile. La dirección política del PS se dedicó a boicotear de manera poco elegante la candidatura presidencial eventual de Ricardo Lagos y no le prestó ningún apoyo político real a la de José Miguel Insulza.
-Pero la dirección del PS ahora es una de las máximas defensoras de la candidatura de Frei.
-Llama la atención la oferta de lealtad e incondicionalidad a un candidato, pero no así a otros dos que son de las propias filas, pero que terminan partiendo a otro lado. Estimo además que es completamente contradictorio pedirle al electorado socialista que adhiera a una candidatura que tiene palabras más bien desdorosas respecto de la figura histórica del socialismo que es Salvador Allende.
-¿Se refiere a la nota 4 que le puso Eduardo Frei al gobierno de Allende en el último debate televisivo?
-Efectivamente.
-Usted habla de descalificaciones y de clientelismo político. ¿A quién se refiere?
-Ernesto Águila escribe en el Instituto Igualdad, por ejemplo, que la canditatura de Enríquez-Ominami es oligárquica. Escalona ha dicho cosas tan sutiles como que Enríquez-Ominami es el jefe de campaña de Piñera y así sucesivamente. El clientelismo se ha expresado en las conductas de intendentes que ha debido destituir la Presidenta, que en esto de combatir el clientelismo, como en lo demás, ha estado impecable.
-De quién se siente más cerca, ¿de los socialistas que han dejado el partido o de los que hoy en día ejercen el liderazgo del PS?
-Mi afecto incondicional a Jorge Arrate, de toda una vida, lo mantengo; mi afecto y admiración por lo que ha hecho Marco Enríquez-Ominami es total; mi amistad con Alejandro Navarro es muy fuerte, y debo decir que no tengo afectos hacia quienes han querido reducir la política hacia un afán de control personal.
-Si estuviera en Chile, ¿sería uno de los renunciados del PS?
-Nunca voy a renunciar al PS. A lo mejor me van a echar, pero eso es otra cosa.
-¿Qué espera de las elecciones internas de abril? Todo indica que Osvaldo Andrade concitará la mayoría de los apoyos sin dejar mucha opción a los rostros de recambio.
-Sería un poco como la escena de la orquesta del Titanic, que sigue tocando cuando al barco le entra agua por todos lados.
"ME-O también podría ser un gran continuador de la Presidenta Bachelet"
Crítico de la dirección actual del PS, analiza las causas que impiden que Eduardo Frei supere el 30%. Habla de desgaste de la Concertación, de falta de sintonía con la gente, de ausencia de proyectos y rechaza las acusaciones de traición contra los que apoyan a ME-O. "Marco Enríquez-Ominami claramente puede ser uno de los liderazgos jóvenes que la Concertación necesita para renovarse", señala tras un año de silencio.
ROCÍO MONTES R. Desde Madrid
El socialista Gonzalo Martner Fanta (Santiago, 1957) asumió como embajador en España en diciembre de 2008, hace casi un año. Durante este tiempo, ha procurado guardar un cuidadoso silencio sobre los vaivenes de la política local, aunque desde su oficina de calle Lagasca, en uno de los sectores más exclusivos de Madrid, sigue al dedillo a través de internet hasta los pequeños detalles de este convulsionado año electoral.
La discreción de Martner no es algo habitual: durante su larga vida política -debutó a los 15 años en el MIR- se ha caracterizado por ser un dirigente controvertido, rebelde. En 2003 logró la presidencia del PS con amplia mayoría, convirtiéndose en el primer socialista no histórico en ocupar tal cargo. Dos años más tarde, sin embargo, en enero de 2005, fue removido de la mesa tras una maniobra de Camilo Escalona. Entonces asumió como líder de la disidencia, papel que desempeñó férrea y a veces solitariamente.
En eso estaba cuando cruzó el Atlántico para encabezar la delegación chilena en España. Aunque el cargo se lo ofreció la propia Presidenta Bachelet, no pocos leyeron en este gesto una jugada de la dirección socialista para alejarlo de la política coyuntural.
Martner cita muy temprano, antes del inicio de la jornada laboral. A dos semanas de las elecciones, quiere poner fin a su silencio y hablar en su calidad de ciudadano y no de diplomático: "Estando fuera del país no me corresponde involucrarme en la campaña. Sin embargo, yo he tenido un rol político antes y lo tendré después de esta función de embajador".
-¿Cómo ha visto la campaña?
-A uno le preguntan con frecuencia cómo se explica que una coalición que tiene a una Presidenta con una popularidad tan alta, tenga una candidatura presidencial que no supera el 30%. Es un dato nuevo y esta situación hay que constatarla, no rehuirla.
-¿Por qué cree que la Concertación llegó a esta situación catastrófica que usted describe?
-No soy catastrofista, simplemente constato una situación. Y uno escucha cuatro explicaciones para haber llegado a ello: desgaste de la Concertación, pérdida de sintonía con las aspiraciones de la opinión pública, ausencia de proyectos de futuro que entusiasmen y la supuesta traición que se les adjudica a algunos de los "malvados" que piensan distinto. De esas cuatro, yo me quedo con las tres primeras y, definitivamente, rechazo la cuarta, porque es la manera estalinista de ver la política.
-¿Cree que tiene futuro una coalición desgastada?
-La solución es simple: innovar. Lo que se desgasta hay que oxigenarlo, renovarlo y darle nuevas características sin renunciar a una identidad política. La coalición, sin embargo, con todo el respeto del mundo que merece el ex Presidente Frei, decidió poner por delante a un ex Mandatario antes que a una figura nueva. Figura nueva, por ejemplo, es Marco Enríquez-Ominami, u otras que pudieran haber emergido. No se hizo y ahora se pagan los costos.
-¿ME-O hubiese sido mejor candidato que Eduardo Frei para representar a la Concertación?
-Creo que deberían haber sido los dos candidatos, sin que ello significase ruptura, descalificaciones como ha habido, ni la creación de un clima de división. Nos podríamos haber ahorrado todo eso con unas primarias auténticas, o bien con la participación desdramatizada de una candidatura de centro y otra candidatura de centroizquierda laica en primera vuelta, con compromiso de apoyo mutuo en segunda. Había dos mecanismos posibles. No se usó ninguno de los dos y lo que tenemos es un desequilibrio.
-¿Le parece que las primarias no fueron auténticas?
-Cuando se hacen en dos regiones y no se puede escuchar el debate en televisión, me parece que no son las que corresponden. Primaria fue aquello que se realizó entre Ricardo Lagos y Andrés Zaldívar, eso fue una primaria. Hoy en día el electorado de la Concertación está claramente dividido. Hay que asumir la situación y reafirmar la pluralidad del conglomerado, al mismo tiempo que desterrar todas las prácticas de descalificación y clientelismo político.
-Usted no estará en Chile el próximo 13 de diciembre y, por lo tanto, no votará. ¿Pero está con ME-O?
-Estando fuera del país, no creo que me corresponda pronunciarme. Si me pronuncio, sería para ir y participar. Pero sí constato que el electorado de la Concertación está al menos en dos candidaturas distintas. Y yo hubiese preferido que eso se hubiera asumido desde el principio y no sofocado artificialmente. Yo soy partidario de que los jóvenes, los que tienen 40 o menos años, tomen la conducción de la Concertación en la etapa que viene.
-¿Marco Enríquez-Ominami?
-Marco Enríquez-Ominami tiene menos de 40 años, él verá cuáles son sus opciones, pero claramente puede ser uno de los liderazgos jóvenes que la Concertación necesita para renovarse. Sólo los que están obsesionados por el sectarismo y la descalificación pueden no decir que Enríquez-Ominami es hoy en día uno de los liderazgos de la centroizquierda chilena.
-El Gobierno y la Concertación han manifestado que la única candidatura que es capaz de dar continuismo al gobierno de la Presidenta Bachelet es la de Eduardo Frei.
-Aquí no hay nadie que sea el único en representar nada. El que pretenda actuar a nombre de los demás, sin considerar a los demás, y aplastando a los demás, no tiene nada que ver con el espíritu de la Concertación.
-¿Marco Enríquez-Ominami puede ser continuador de la Presidenta Bachelet?
-Por supuesto que sí. Marco Enríquez-Ominami también podría ser un gran continuador de la Presidenta Bachelet. No sé si quiera, pero claro que puede serlo.
-¿Le ve posibilidades a la candidatura de la Concertación?
-Chile no es un país de derecha, y los que no somos de derecha creo que nos vamos a jugar a fondo por cualquiera sea el que pase a segunda vuelta para que gane la elección, y sin duda si es el ex Presidente Frei.
-Usted conoce a ME-O desde 1973, cuando el diputado tenía tres meses de vida, es amigo de sus padres y, oyéndolo, no cuesta imaginar que, si estuviera en Chile el 13 de diciembre, votaría por él y no por Frei.
-Estaré fuera de Chile.
-¿Cree que Frei es el mejor candidato que la Concertación pudo tener?
-Es público y notorio que fui una de las personas que pensaron otra cosa, que pensaron que el ex Presidente Lagos era quien debía ser el candidato. No fue así, pero no hay que llorar sobre la leche derramada.
-Usted habla de una falta de sintonía entre la Concertación y la sociedad. ¿A qué se refiere? ¿A una agenda más progresista?
-La sociedad chilena fue evolucionando hacia una doble demanda: equilibrar la economía de mercado con una fuerte protección social y discutir sobre los temas de las libertades personales, que tienen que ver, por ejemplo, con el derecho de la mujer en materia de aborto (al menos cuando hay violación, cuando hay incesto, cuando hay peligro para la salud física y psíquica de la madre). La evolución de la Concertación en estos temas fue exactamente igual a cero porque hay una parte de la coalición que se niega a discutirlos y los veta, ésa es la verdad.
-Según usted, la Concertación carece de un proyecto.
-La colonización del neoliberalismo en las filas de los distintos partidos de la Concertación ha inviabilizado que tengamos una mínima credibilidad respecto a que tenemos un proyecto de sociedad por delante. La apreciación de oportunidades de ocupación de espacios burocráticos en el Estado es lo que se ha constituido como proyecto político.
-¿Ha visto el programa del candidato de la Concertación?
-Yo leo que desde la candidatura de Eduardo Frei se propone fortalecer la educación municipal, pero entregando recursos sólo a aquellas escuelas que demuestren buenos resultados. Y a mí eso simplemente me eriza. ¿Y a la escuelas municipales con malos resultados les vamos a quitar recursos, vamos a dejar de darles recursos adicionales? Tiene que ser exactamente todo lo contrario. La Concertación que yo he conocido hubiera sido incapaz de hacer una propuesta tan neoliberal y reaccionaria.
"A lo mejor me van a echar del PS"
Análisis de la situación interna del partido
-¿Qué responsabilidad le cabe al socialismo en la situación actual que enfrenta la Concertación?
-Es una situación bastante curiosa: el partido del que salen tres candidaturas termina apoyando a un presidenciable que no forma parte de la izquierda laica y democrática de Chile. La dirección política del PS se dedicó a boicotear de manera poco elegante la candidatura presidencial eventual de Ricardo Lagos y no le prestó ningún apoyo político real a la de José Miguel Insulza.
-Pero la dirección del PS ahora es una de las máximas defensoras de la candidatura de Frei.
-Llama la atención la oferta de lealtad e incondicionalidad a un candidato, pero no así a otros dos que son de las propias filas, pero que terminan partiendo a otro lado. Estimo además que es completamente contradictorio pedirle al electorado socialista que adhiera a una candidatura que tiene palabras más bien desdorosas respecto de la figura histórica del socialismo que es Salvador Allende.
-¿Se refiere a la nota 4 que le puso Eduardo Frei al gobierno de Allende en el último debate televisivo?
-Efectivamente.
-Usted habla de descalificaciones y de clientelismo político. ¿A quién se refiere?
-Ernesto Águila escribe en el Instituto Igualdad, por ejemplo, que la canditatura de Enríquez-Ominami es oligárquica. Escalona ha dicho cosas tan sutiles como que Enríquez-Ominami es el jefe de campaña de Piñera y así sucesivamente. El clientelismo se ha expresado en las conductas de intendentes que ha debido destituir la Presidenta, que en esto de combatir el clientelismo, como en lo demás, ha estado impecable.
-De quién se siente más cerca, ¿de los socialistas que han dejado el partido o de los que hoy en día ejercen el liderazgo del PS?
-Mi afecto incondicional a Jorge Arrate, de toda una vida, lo mantengo; mi afecto y admiración por lo que ha hecho Marco Enríquez-Ominami es total; mi amistad con Alejandro Navarro es muy fuerte, y debo decir que no tengo afectos hacia quienes han querido reducir la política hacia un afán de control personal.
-Si estuviera en Chile, ¿sería uno de los renunciados del PS?
-Nunca voy a renunciar al PS. A lo mejor me van a echar, pero eso es otra cosa.
-¿Qué espera de las elecciones internas de abril? Todo indica que Osvaldo Andrade concitará la mayoría de los apoyos sin dejar mucha opción a los rostros de recambio.
-Sería un poco como la escena de la orquesta del Titanic, que sigue tocando cuando al barco le entra agua por todos lados.
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