El regreso de Martner
Entrevista al diario La Segunda
El regreso de Martner: "No tengo ningún ánimo de cultivar agravios"
4 de marzo de 2005
"Lo que pasó es responsabilidad mía, no le echo la culpa al empedrado", asegura el ex presidente socialista, aceptando por primera vez analizar las causas que provocaron su abrupta caída en el Congreso PS.¿Dolido con Escalona? "La ropa sucia se lava en casa".
Por Karen Trajtemberg D.
La madrugada del domingo 30 de enero, Gonzalo Martner salió del edificio Diego Portales junto al entonces encargado de finanzas socialista, Milton Lee. La jornada había sido extenuante: había comenzado pasadas las 9 de la mañana del sábado, para finalizar a las 6 de la mañana del día siguiente... Más de veinte horas de tensión que terminaron con su salida de la dirección del PS.Hoy cuenta entre risas que, tras la dura definición, junto a Lee y al diputado Sergio Aguiló se fueron a tomar unas cervezas, "como lo hace la gente que se quiere y que por sobre todas las cosas mantiene la amistad, más allá de las consideraciones políticas". Pero se quedaron con las ganas y cuando el parlamentario preguntó el porqué, la respuesta fue clara: "porque Uds., los legisladores, aprobaron una ley en que entre tales y tales horas no se puede expender alcohol".Descansó pocas horas ese día y el lunes, el ex timonel socialista tomó temprano sus maletas y partió manejando - turnándose con su hijo mayor- , rumbo a su refugio en Chiloé. Fueron 15 horas de viaje.Su "retiro espiritual" duró un mes, en el que además de compartir con su familia y dejarse crecer una abundante barba que lo hace menos reconocible, pudo reflexionar sobre el cómo y el por qué se llegó a la crisis que el sábado 29 de enero lo derribó de la mesa socialista y pocas horas después puso en su reemplazo a Ricardo Núñez, con Camilo Escalona como secretario general.Hoy rompe su silencio, pero lejos del resentimiento o las críticas, afirma que su ánimo es de colaboración y que hará todo lo posible por apoyar a la nueva mesa, sobre todo en pos de la candidatura de Michelle Bachelet, que él defendió "a brazo partido" mientras dirigió el partido.
"No fui capaz de convencer a mis compañeros"
Mirando hacia atrás, Martner afirma que la situación que se produjo en el encuentro socialista es muy simple: "Mi mandato iba a expirar. Le solicité al congreso socialista la prolongación de un año para poder enfrentar de manera concentrada la tarea presidencial y parlamentaria, pero eso no fue aceptado y lo atribuí al hecho de que no fui capaz de convencer a mis compañeros de que era necesario no abrir una discusión interna, a 10 meses de la presidencial". Con tono directo, añade que "en democracia las cosas son así. He ganado muchas elecciones, he perdido muchas otras... En esta ocasión perdí y a otra cosa mariposa".
- ¿Por qué ese día se fue en completo silencio y no quiso hablar hasta ahora?
- Cuando se han expresado en democracia las preferencias de cada cual, lo que cabe es mantener silencio. Ahora, antes de irme le deseé a Ricardo Núñez y a su directiva la mejor de las suertes. Cuentan con todo mi apoyo y eso no es silencio.
- ¿Qué sensaciones lo embargaron cuando perdió?
- Mucha gente no lo creerá, pero fue una sensación de alivio porque dirigir un partido es una tarea de mucha tensión, con mucha presión y desde luego consume mucho tiempo que uno le quita especialmente a la familia y, en mi caso, a la reflexión y al estudio. Pero también había una cierta satisfacción por lo hecho. Cuando asumí la dirección socialista era el peor momento de la Concertación, del Presidente Lagos y del bloque progresista y, al irme de la dirección partidaria, lo que había era una inmensa voluntad de participar en la dirección, cosa que no existía cuando asumí. Y a esa satisfacción se añade la de haber aportado con un grano de arena a que Michelle Bachelet fuera apoyada por la unanimidad del bloque progresista.
- ¿Sintió deslealtad de parte de quienes detonaron su salida?
- Que yo no obtuviese los votos para la prolongación del mandato es de entera responsabilidad mía y de nadie más. No soy de los que le echan la culpa al empedrado. Y al mismo tiempo soy de los que creen que la ropa sucia se lava en casa.
- ¿Se sintió dolido con Camilo Escalona?
- La ropa sucia se lava en casa. No se obtendrá una sola palabra mía en contra de un compañero socialista.
- Pero no dice que no...
- La ropa sucia se lava en casa. No diré una sola palabra en contra de ninguno de mis compañeros.
- ¿Tuvo algún indicio de que el Congreso sería así?
- La democracia tiene varias característica y una de ellas es la incertidumbre. Ahora, siendo cultor de la doctrina del pesimismo sistemático, de nunca dar por hechas las cosas, sino trabajarlas, siempre pensé que se podría producir lo que se produjo y en ese sentido no fue una sorpresa.
- Pero antes del Congreso, las señales que enviaba la mesa era que la cosa iba bien.
- Sí, estuvimos a 10 votos de lograrlo, de manera que la cosa iba bien, pero faltó la chaucha para el peso.
"La lealtad no es obcecación"
- Algunos acusaron obcecación de su parte, por no querer que Arturo Barrios saliera de la mesa, lo que habría detonado la crisis.
- Sinceramente, a un mes de haber ocurridos estos hechos, está muy lejos de mi intención seguir dándole vueltas. Pero dos cosas: a mí me gusta la franqueza de los interlocutores, no me gustan los pretextos. Segundo, yo soy leal con la gente que trabajó conmigo.
- ¿A qué se refiere con que "no me gustan los pretextos"?
- Si alguien quería tomar la presidencia del partido, es legítimo, ningún problema, pero que no se diga que eso fue fruto de una obcecación mía. Cada uno se hace responsable de sus actitudes. Esto no es un asunto de que supuestamente yo fui rígido sobre esto o lo otro. Además, la lealtad hacia quienes estuvieron conmigo nunca la he entendido como una obcecación.
- ¿Cómo evalúa la actitud de Jaime Gazmuri, que rechazó incluirse en la nueva mesa? Algunos lo catalogaron como lealtad a su mesa...
- Parece que Gazmuri es otro obcecado.
- ¿Y Ominami?
- Repito; lo que pasó, pasó, no tengo ningún ánimo de cultivar agravios, todo lo contrario, sino de colaborar con quienes tienen la responsabilidad ahora.
"Fui acusado de autoritario y de favorecer a las minorías"
- ¿Por qué su directiva desde el primer momento tuvo problemas internos?
- Fui acusado de dos cosas en simultáneo: de autoritario y de favorecer a las minorías. Me parece una acusación un poco contradictoria, pero un partido tiene que tener un proyecto claro, una dirección comprometida con ese proyecto y, al mismo tiempo, organizar su tarea con respeto a las minorías, que tienen reticencias con ese proyecto. Ese fue mi enfoque, se me dijo que sí, pero en un país en que estamos acostumbrados a decir que sí, pero en realidad a pensar que no, yo me mantuve coherente con esa aspiración.
- Se dijo que su problema fue el no haber sido electo producto de un consenso, sino de un acuerdo de los barones.
- En la elección pasada del partido, yo obtuve la más amplia mayoría individual. Por lo tanto, ese tipo de observaciones no tiene ningún sentido. Es cierto que los que hoy dirigen el partido en su momento me apoyaron, pero es manifiesto que en algún momento dejaron de hacerlo.
- ¿Nunca ha sentido que fue un error haber asumido la presidencia PS?
- Para nada y por ningún motivo. Es el más alto honor personal que he tenido en la vida.
"Prefiero ser inflexible, pero claro"
- ¿Qué autocrítica se hace? ¿Qué faltó por hacer?
- Muchas cosas, pero lo esencial es que logramos demostrar que es posible conducir un partido político que simultáneamente es de gobierno y representativo de los intereses sociales, que se puede ser un partido de izquierda y al mismo tiempo serio y responsable. Ahora, la autocrítica es no haber logrado una cuestión esencial, que es la capacidad de convencer a mis compañeros.
- Una de las críticas que se le hizo es que era inflexible... Un buen técnico, pero mal dirigente.
- Para dirigir hay que tener capacidad de no estar moviendo el timón para acá o para allá según las presiones del día, porque uno corre el riesgo de marear a los pasajeros. Prefiero ser inflexible, pero claro.
-¿Qué va a hacer ahora?
- No necesito cargos para defender mis ideas ni mis valores, que son los del socialismo, de la democracia y de la igualdad social.
- ¿Una candidatura parlamentaria?
- Es algo que más de un amigo me ha planteado, pero siempre doy la misma respuesta: no tengo vocación para el trabajo parlamentario. El trabajo legislativo es algo que no me produce mayor entusiasmo y, habiendo tanto interesado, me parece muy bien que otros ocupen esas funciones.
- ¿Ha recibido alguna invitación para trabajar en el comando de Bachelet?
- Llegué hace dos días. Tengo una conversación pendiente con nuestra candidata. Hemos hablado telefónicamente y le he dicho que cuente conmigo para lo que necesite y que cuente con mi lealtad en el sentido de que no tiene por qué darme tampoco un rol particular. Mi lealtad parte por el principio de que, cuando uno quiere apoyar a alguien, que está encarnando aspiraciones colectivas, lo que tiene que hacer es no provocarle problemas y Michelle lo sabe.
"Nuevo socialismo", no "martnerismo"
- Ud. habla de nuevo socialismo y ha trascendido la creación de una nueva tendencia que utilizaría ese nombre. ¿Está en eso?
- Desde 1990 en Chile efectivamente está emergiendo un nuevo socialismo y la nueva aspiración que gente como yo tiene es consagrar formalmente su existencia. Evidentemente voy a seguir activo en política y es muy importante agrupar a toda la gente que está disponible para seguir trabajando, para seguir permitiendo que emerja este nuevo socialismo, pero ahora no es el momento: debemos abocarnos a trabajar por la candidatura de Michelle Bachelet y los asuntos internos se verán después de la presidencial.
- ¿O sea en marzo del 2006 tendremos funcionando una nueva tendencia, liderada por Gonzalo Martner?
- No, porque una de las cuestiones que hay que romper es una cierta idea caudillista, que tal o cual figura se constituye en jefe de una corriente y la corriente toma el nombre de la persona. Se trata de tener ideas, valores, estilos y una de las cuestiones esenciales es que esto no se personalice.
- ¿Entonces, tendremos una nueva agrupación que podría llamarse Nuevo Socialismo, pero no martnerismo?
- Así es, esto no tiene que ver con las personas, sino con ideas y proyectos.
"Pongo las manos al fuego: Esta mesa no va a negociar a Bachelet"
- Lo primero que hizo Núñez fue flexibilizar su postura de que las primarias tenían que ser en abril...
- Sería de pésimo gusto que el presidente saliente del PS se pusiera a comentar el accionar de quien lo ha sucedido en el cargo. No voy a hacer ningún comentario respecto de la tarea de Núñez, que no sea manifestarle mi pleno apoyo.
- ¿Cree que existe el peligro, como algunos han aventurado, de que la directiva PS termine negociando a la candidata?
- Eso es completamente falso, pongo las manos al fuego: ninguno de los que ocupan hoy un cargo en la mesa del PS va a hacer semejante cosa.
- ¿Sigue considerando que las primarias deben realizarse en abril?
- Como dijo Michelle Bachelet, estamos atrasados. Además - ya no necesito ser diplomático, aunque nunca lo he sido mucho- , esto de las primarias regionales francamente es una cosa muy poco seria, porque desde el punto de vista del interés común, significa mantener en tensión durante meses a la coalición.Imaginemos lo que significa elecciones región por región. Es tan obvio esto, que Edgardo Boeninger reconoce el problema, pero le da una pésima solución, cuando dice que se hagan primarias regionales pero que los resultados se mantengan en secreto. Perdone que esto me provoque un poco de hilaridad, pero conociendo lo serio que es él en política, encuentro que se va por un camino insólito. Esta cosa se encaminó por un lado completamente absurdo, porque además esto no contribuye para nada al propio interés partidario de la DC.
- ¿Por qué?
- Una secuencia sistemática de elecciones regionales, en donde Michelle Bachelet obtenga más adhesión que Soledad Alvear, es evidente que daña el interés parlamentario respecto del partido que no gana las mayores adhesiones en la cuestión presidencial. Francamente no lo entiendo, es como un harakiri.Si queremos tener una candidatura única de la Concertación - y creo que ésa es la voluntad de los cuatro presidentes- , entonces tenemos que proponer mecanismos serios, rápidos y pertinentes para resolver esa candidatura única. Y no hacer un listado de invenciones, donde además se nos dice de manera más o menos explícita que están destinadas a dar tiempo. Ya los tiempos están encima y ahora hay que definir.
- ¿Cree que todavía existe la posibilidad de un acuerdo político para definir la candidata?
- Cuando una persona tiene el apoyo de la principal fuerza política del país, el PS-PPD, y sobre todo, la adhesión de la inmensa mayoría de los ciudadanos, no es cuestión de que alguien venga y le diga "sabe, Ud. ya no es candidata", porque eso sería romper las reglas básicas de la democracia.
- Pero de sus palabras se podría suponer que Soledad Alvear, que no tiene la mayor adhesión ciudadana, sí podría negociarse.
- Sí, pero sería una impropiedad, una falta de elegancia completa y una falta de lealtad política inducir a socio nuestro, la DC, a que baje su candidata.
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