domingo, 24 de noviembre de 2024

La segunda vuelta en gobernaciones: un balón de oxígeno para las fuerzas de gobierno

La política de la confrontación aguda practicada por la derecha opositora salió derrotada en la segunda vuelta de la elección de gobernadores. 

En la primera vuelta se había cerrado la elección (lo que ocurre cuando un candidato obtiene más de 40% de los votos válidos) en 5 regiones. Los candidatos de las fuerzas de gobierno habían ganado con al menos ese porcentaje en Tarapacá, Ñuble, Los Ríos y Magallanes, mientras la oposición lo había hecho en Aysén. 

En la segunda vuelta del 24 de noviembre, realizada en 11 regiones entre las dos primeras mayorías, las fuerzas de gobierno sumaron otras 4 victorias (Antofagasta, donde no pasó a segunda vuelta ninguna candidatura de oposición, además de Atacama, Valparaíso y O'higgins), mientras vencieron en otras 2 regiones fuerzas de centro independiente apoyadas por el oficialismo (Región Metropolitana y Araucanía, la única ganada por la derecha en 2021), totalizando 10 de las 16 regiones. Las fuerzas de la oposición de derecha ganaron otras 5 gobernaciones (Arica, Coquimbo, Maule, Bío-Bío y Los Lagos, donde no había contendor oficialista en la segunda vuelta), sumando 6 regiones con Aysén. Pero la derecha no logró ganar donde podría haberlo hecho en el papel, si sumaba todos los votos expresados de su sector detrás de quien pasó a la segunda vuelta, especialmente en Santiago. 

Hubo una participación de un 83% de los habilitados para votar, solo un 2% menor que la de hace un mes. Los votos nulos y blancos sumaron un 11%, a comparar con el 18% en las elecciones de gobernadores en la primera vuelta. Sigue siendo una cifra especialmente alta. Los votos nulos y blancos habían sumado también un 11% en la elección de alcaldes, por lo que ese porcentaje parece ser el de una posición de rechazo anti-sistémico de variadas inspiraciones. La cifra había sido de 20% en concejales y 25% en  consejeros regionales en octubre, pero en esa ocasión parece haber influido que pocas personas conocían a los candidatos. Los que marcaron una preferencia lo hicieron probablemente por identificación con algún partido o bloque político.

¿Qué se puede conjeturar para 2025? El antecedente es que la derecha y la ultraderecha habían obtenido solo el 31% del voto en la elección de concejales de 2021, lo que auguró su derrota en la elección presidencial de ese año, que ganó Gabriel Boric con un 56% de los votos. En cambio, estas fuerzas reunieron el 62% de los votos válidos en la elección de consejeros constitucionales de mayo de 2023, después del rechazo por 62% de la propuesta de la Convención Constitucional en septiembre de 2022, en un cambio radical del electorado en medio de una baja popularidad del gobierno y de la introducción del voto obligatorio. Adquirió entonces relevancia la hipótesis según la cual estos resultados expresaban un retroceso de más largo plazo de las fuerzas progresistas en Chile en el nuevo escenario del cuerpo electoral, lo que auguraría una alternancia en favor de la derecha en la elección presidencial de 2025

No obstante, en la elección, siempre con voto obligatorio, de concejales y consejeros de octubre de 2024, la derecha agregada ya sumó menos que el año anterior, con el 53% de las preferencias, lo que todavía constituyó una clara mayoría absoluta. Pero se constató un desgaste de casi 10 puntos porcentuales de los conservadores respecto a la elección del fallido Consejo Constitucional, aunque las fuerzas de gobierno reunieron solo un 34% de las preferencias en la elección de consejeros regionales y un 36% en la de concejales. Si a este poco más de un tercio se le agrega el 5% de la izquierda radical y de las fuerzas ecologistas, se llega a un 42% en el voto de consejeros regionales. Con la DC, el "total progresista" subió a un 46%, todavía lejos de la mayoría absoluta, pero en medio de un 25% de votos nulos y blancos que expresa un voto de rechazo que no se canaliza hacia la derecha. 

El resultado de la segunda vuelta de gobernadores de noviembre de 2024 resultó ser más positivo para las fuerzas de gobierno y de centro, en especial si se toma en cuenta las expectativas previas en medio del caso Monsalve. A pesar que el candidato comunista en Coquimbo y el de izquierda cercano a Maduro en Biobío tuvieron un desempeño que estuvo lejos de reunir el electorado de centro e izquierda, se constató globalmente que bajaron los votos nulos y blancos y que la declinación de la derecha se acentuó cuando existió  un formato de opciones políticamente binarias. Este fue el caso en 9 de las 11 regiones en que hubo segunda vuelta (se excluye Antofagasta, donde no pasó nadie de derecha a segunda vuelta, y Los Lagos, donde no lo hizo nadie de izquierda o de centro). Las candidaturas conservadoras agregadas reunieron solo un 48,8% del voto válido, mientras se manifestó un apoyo de 51,2% del voto para las diversas candidaturas de centro y de izquierda

Aunque puede parecer una conjetura aventurada, tiene sentido preguntarse si el resultado en estas regiones, que incluyen las tres principales del país, augura un eventual desenlace negativo para la derecha en la segunda vuelta presidencial de 2025.  Tendría que pasar bastante agua bajo los puentes y producirse muchas articulaciones políticas y bastantes mejorías en la gestión de gobierno y en los mensajes hacia el voto nulo y blanco, pero ese escenario no parece ser completamente irrealista.








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