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El populismo invertido: tarifas y elecciones

Se suele decir que los gobiernos son proclives a las conductas populistas. Desde los acontecimientos de octubre de 2019 y luego la pandemia, por ejemplo, el anterior gobierno congeló diversas tarifas, incluyendo la de la electricidad, en vez de privilegiar más transparentes subsidios directos a los grupos de menos ingresos y a los sectores medios sin alterar el funcionamiento de las empresas que prestan el servicio público.

En el caso de las tarifas eléctricas, se ha producido un brusco ajuste, luego de aprobarse una ley en la materia el 10 de abril. Esta ley "de estabilización tarifaria" contempla tres alzas: la primera entró en vigencia el 1 de julio pasado, la segunda lo hará en octubre y la tercera en enero de 2025. El incremento total llegará al 60%. Estas alzas buscan saldar la deuda de US$6.000 millones con las empresas eléctricas tras el congelamiento de las tarifas, sin que en paralelo se haya cambiado el sistema de fijación de tarifas para reflejar la baja en el costo de la generación eléctrica que se ha producido con el avance de las energía renovables, más baratas que la generación térmica con hidrocarburos. Sus altas tarifas prevalecen en la mayoría de los contratos del sector regulado desde 2015.

El actual gobierno parece funcionar con una suerte de "populismo invertido": pone a prueba el bolsillo y los ingresos de la mayoría en momentos electorales cruciales. Sin ir más lejos, no corrigió el ajuste de -23% del gasto público, único en el mundo por su magnitud, programada por el gobierno saliente de Sebastián Piñera para 2022. Esto impidió un "aterrizaje suave", que suelen buscar normalmente los gobiernos, y ayudó a provocar una recesión y caídas del empleo, con remuneraciones afectadas por la inflación, precisamente en el período previo al voto del proyecto de nueva constitución de la Convención.

Ahora, a semanas de una elección municipal y regional, se producirá un alza de las cuentas de la luz, que será de hasta un 23% a contar del 1 de octubre. Se distinguen tres grupos de consumidores residenciales: entre los 0 y 180 KWh mensuales, de 180 a 400 KWh y los que superan los 400 KWh. El segundo grupo sufrirá la mayor alza, la llamada clase media. En la Región Metropolitana, las alzas serán de 18% para el primer grupo, de 36% para el segundo y de 30% para el tercero. En Valparaíso, de 25% para el primero, de 42% para el segundo y de 36% para el grupo más alto. Y en la Región del Biobío, de 25% para el primero, de 39% para el segundo y de 33% para el más alto.

Si se hubiera fijado el alza para el 1 de noviembre, no hubiera cambiado ningún parámetro técnico fundamental. Pero hay autoridades que no están para consideraciones menores.

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