Tres posteos sobre educación

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5 de diciembre

Adquirir las capacidades fundamentales en la escuela

Reproduzco extractos de la importante entrevista en El País a Luis Benveniste, especialista del Banco Mundial. A retener como objetivos del sistema escolar: lograr la capacidad de leer un texto y comprenderlo a los 10 años, hacer matemáticas básicas y adquirir las capacidades socioemocionales fundamentales, como la resolución de problemas de comunicación, en tanto punto de partida indispensable para adquirir otros conocimientos. Los medios: disminuir el número de alumnos por curso, invertir en libros de texto, en curriculums escalonados a lo largo del año y en capacidad docente, incluyendo pedagogía y manejo del aula. Para tener en cuenta.
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“En muchos países del África subsahariana, por ejemplo, un aula puede llegar a tener 70, más de 100 niños... Es muy difícil para un maestro enseñar a leer a una clase tan diversa. Claramente, una reducción del tamaño es fundamental; pero, luego también lo es poder invertir en libros de texto, capacidad docente… son insumos fundamentales para lograr el aprendizaje.”

“Asia verdaderamente ha tenido una performance excelente. Corea del Sur, Singapur, China, Vietnam... ―un país con recursos mucho menores que muchos países de Europa― tienen una capacidad para apoyar el aprendizaje de los conocimientos básicos y fundamentales que es impresionante. Hay muchos estudios enfocados en entender cuáles son los ingredientes de Asia. El mundo ha aprendido mucho sobre cómo enseñan las matemáticas, sobre su currículum escalonado ―para ir construyendo conocimientos más complejos a lo largo de un año escolar―, o del rol y la capacitación del docente. Por ejemplo, Corea puso mucho énfasis en la pedagogía y el manejo del aula, y eso ha impactado en el aprendizaje.”

“Y también recordemos que América Latina fue una de las regiones más impactadas por la covid y los cierres de escuela han sido de los más largos del mundo [225 días de media]. Por lo tanto, la pérdida del aprendizaje ha sido notable.”

“Hoy en día estamos centrados en la crisis educativa y en el hecho de que aproximadamente dos tercios de los niños en países en vías de desarrollo no adquieren las competencias más fundamentales; que nosotros referimos como la capacidad de leer un texto y comprenderlo a los 10 años. Hay que asegurarse de que la experiencia educativa aporte las capacidades fundamentales: poder leer, hacer matemáticas básicas, adquirir las capacidades socioemocionales fundamentales ―como la resolución de problemas de comunicación―... Toda la evidencia apunta a que estos son los cimientos básicos para luego poder construir otros conocimientos más profundos, más técnicos. Sin eso, verdaderamente se hace muy difícil potenciar toda la capacidad de una persona.”


6 de diciembre

La prueba PISA 2022 muestra una resistencia en la tormenta del Covid pero constata una década pérdida

La prueba PISA (Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes) realizada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) abarcó a 81 países en 2022 y tiene una gran resonancia internacional para evaluar y comparar los resultados de aprendizaje en los sistemas escolares. Como todo indicador de este tipo, tiene limitaciones. No obstante, es una medición útil para evaluar cada tres años (en este caso 4 años por el covid) el nivel de los alumnos de 15-16 años en lectura, matemáticas y ciencias naturales.

El contexto es el de un descenso medio de los países de la OCDE en 2022 respecto a 2018 de 17 puntos en matemáticas, 11 puntos en lectura y 4 puntos en ciencias en medio de la pandemia. Las matemáticas han sido los conocimientos más perjudicados globalmente porque son los que más requieren el acompañamiento directo del profesor y en los que más difícil resulta aprender por cuenta propia o con la sola ayuda de las familias.

La puntuación en Chile en matemáticas mostró una declinación de 417 puntos en 2018 a 412 puntos en 2022, mucho menor que la caída promedio en la OCDE, luego de un retroceso previo de seis puntos entre 2015 y 2018. Se acumuló así una caída de 11 puntos, que situó al país en un nivel menor al de 2015 y similar al observado en 2006. En lectura, se observó una caída de 4 puntos en 2022 respecto a 2018, hasta 448, también muy inferior a la del promedio OCDE, pero con un deterioro sumado en las dos últimas pruebas que también alcanza a 11 puntos. Los resultados fueron igualmente inferiores a los de 2015 y volvieron a su nivel de 2008. En cambio, en ciencias los resultados se mantuvieron estables, con 444 puntos, lo que ha ocurrido desde 2006 con pocas variaciones.

Las puntuaciones en las tres materias evaluadas siguen siendo muy inferiores en Chile al promedio de los países de la OCDE. En matemáticas, los 412 puntos estuvieron por encima de países como México, Brasil, Indonesia y Filipinas, pero por debajo de países como Canadá, Suiza, Japón o Corea del Sur. Solo el 44% de los estudiantes alcanzó al menos el nivel 2 de competencia en matemáticas, mucho menos que el promedio de 69% en la OCDE (los estudiantes deben poder interpretar y reconocer, sin instrucciones directas, cómo se puede representar matemáticamente una situación simple). Los escolares chilenos obtuvieron un registro superior al de México o Brasil, pero lejos del de Estonia, Estados Unidos o Singapur. Cerca de un 66% de los estudiantes chilenos alcanzaron el nivel 2 o superior en lectura, frente al promedio de 74% de la OCDE, consistente en identificar la idea principal en un texto de extensión moderada, entre otros temas.

En suma, en 2022 en comparación con 2012 la proporción de estudiantes con un rendimiento inferior a una línea base (nivel 2) no cambió significativamente en Chile en matemáticas, lectura y ciencias. Se puede hablar en este sentido de una década perdida en materia de aumento del aprendizaje escolar.

Este aumento es una meta en la que se debe persistir, si se considera que el desafío es elevar los niveles de conocimiento entre los jóvenes y universalizar sus competencias básicas de lecto-escritura, matemáticas y convivencia. Y, además, formar en un nivel superior a sus mejores talentos. En Chile existe una proporción menor de estudiantes que obtuvo un alto aprendizaje (niveles 5 o 6) en al menos uno de los tres temas respecto al promedio OCDE. En matemáticas, sumó solo un 1%, mientras el promedio OCDE es de 9%. Seis economías asiáticas obtuvieron las mayores proporciones de estudiantes con buenos resultados de aprendizaje: Singapur (41%), Taipei (32%), Macao China (29%), Hong Kong China (27%), Japón (23%) y Corea del Sur (23%). En lectura y ciencias, el 2% se situó en Chile en un nivel alto, en comparación al 7% de promedio en la OCDE en ambas materias.

El informe también señala que entre 2018 y 2022 la brecha en Chile entre el 10% de los estudiantes con puntuaciones más altas y el 10% de los estudiantes más débiles se redujo en matemáticas, no cambió significativamente en lectura y se amplió en ciencias. Los datos por condiciones socioeconómicas mostraron que los estudiantes más favorecidos superaron a los estudiantes desfavorecidos por 69 puntos en matemáticas (unos 30-40 puntos son considerados equivalentes a un año escolar menos según otros estudios), registro preocupante aunque inferior a la diferencia promedio en los países de la OCDE, que llegó a 93 puntos. A su vez, los niños chilenos superaron a las niñas en matemáticas por 16 puntos, mientras ellas consiguieron mejores calificaciones en lectura.


8 de diciembre

Noticias desde Singapur

Singapur es un pequeño país insular de 5 millones de habitantes, independizado del Reino Unido recién en 1965. Tuve ocasión de visitarlo en 1970, cuando mi familia vivía por un tiempo en Tailandia (si, esas cosas pasan con los funcionarios internacionales como mi padre), cuando era un lugar muy atrasado y pobre, con personas que, por ejemplo, empujaban taxis de propulsión humana. Hoy es uno de los lugares más prósperos y deslumbrantes del mundo y ha obtenido los mejores resultados en la prueba mundial PISA de rendimiento escolar de 2022. Y esto en matemáticas, lectura y ciencias. Si, en las tres materias.
¿Como es el sistema escolar en Singapur? ¿Un milagro producido por la iniciativa privada de las escuelas y las familias, como reza en la materia la leyenda neoliberal? Pues parece que no: desde el primer grado (a los 6 años, dado que la educación pre-escolar no es obligatoria) hasta el grado 12, todos los colegios son públicos y financiados por el Estado. Tanto los profesores como los directivos docentes son seleccionados por el gobierno, dejando autonomía pedagógica a los directivos de las escuelas, que son evaluadas externamente cada 6 años. Esquemas similares son los prevalecientes en la mayor parte de Asia del Este, donde los resultados son igualmente sobresalientes. Lo único privado son las escuelas no financiadas por el gobierno para estudiantes internacionales y también las clases particulares de reforzamiento.
Los padres de familia postulan a sus hijos al sistema escolar y la decisión de ingreso a una escuela es de la autoridad educativa, según diversos criterios. Pagan un aporte de 5 dólares mensuales, como contribución simbólica y de compromiso con la escuela. Al sexto año, los estudiantes pasan un examen que los orienta hacia escuelas que apuntan a la universidad (solo un tercio) o a vocaciones técnicas o artísticas. Existe un coeficiente de 19 alumnos por profesor. Un proceso de evaluación anual mide el rendimiento del profesorado según las competencias establecidas y ayuda a los docentes a identificar sus áreas de crecimiento y desarrollo. Según los resultados, se incentiva económica y profesionalmente a los docentes que han evolucionado de manera positiva y se da formación a aquellos que lo necesitan. Los docentes avanzan por méritos en su carrera.
Recordemos que en Chile las escuelas municipales y de sistemas locales representan solo un 35% de la matrícula, en un sistema segregado, aunque se ha pasado desde el gobierno de Bachelet II a la prohibición del lucro en las escuelas privadas subvencionadas. Cerca de 10% de la matrícula está en colegios particulares pagados por las familias que pueden hacerlo y que concentran buena parte de los mejores rendimientos escolares.
Este sistema chileno privatizado al extremo y todavía segmentado por el dinero busca ser radicalizado por la concepción de la extrema derecha, plasmada en su proyecto de constitución, que señala: "Los padres, y en su caso los tutores, tienen derecho a educar a sus hijos o pupilos, y a elegir su educación religiosa, espiritual y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones. Las familias tienen el derecho de instituir proyectos educativos y las comunidades educativas a conservar la integridad e identidad de su respectivo proyecto de conformidad con sus convicciones morales y religiosas".
Así, para esta ideología conservadora la educación no se debe entender como un deber de la sociedad hacia la niñez y juventud para asegurar una igualdad básica de oportunidades y a la vez establecer nexos y valores comunes compartidos como nación, como el respeto por el otro, el sentido del esfuerzo y la solidaridad, sino que se busca un predominio y autonomía amplia de las escuelas privadas, ojalá religiosas, incluso en materias curriculares, pero financiadas por el Estado, claro, y con "objeción de conciencia" frente a cualquier obligación pública, por si acaso.
Nada que ver con hacer de la escuela y del profesorado los "artífices y constructores de la nación", como en Singapur, a los que -sin perjuicio del rol formativo del hogar, no siempre positivo ni protector de la infancia, por lo demás- las familias confían la socialización y aprendizajes de sus hijos e hijas.
Reproduzco extractos de una entrevista al matemático Pak Tee Ng, del Instituto Nacional de Educación de Singapur, publicada en El País.

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P. ¿Por qué son tan exitosos en PISA?

R. Nos preocupamos mucho de la educación de nuestros niños, pero no de PISA. Estamos en la prueba para saber cómo nos posicionamos en el mundo, pero no para competir. Nos sirve para entender y aprender del proceso. Por supuesto, es bonito estar arriba en el ranking, pero no es nuestro boletín de notas. Todo empieza en 1965, cuando ganamos la independencia. Nuestra historia es muy corta. Ha sido provechoso que entonces fuéramos tan pobres. Mucha gente pensó: no puedo tener una buena vida, pero trabajo muy duro para mandar a mis hijos al colegio para que tengan la opción de vivir mejor. Ese es el deseo de muchos padres. No tenemos nada más: no hay petróleo, agricultura, madera ni caucho… Solo tenemos recursos humanos y la educación es el gran edificio de nuestro desarrollo nacional.

P. Ustedes cuidan mucho la selección del profesorado.

R. Es así. Somos capaces de reclutar entre el tercio superior de cada cohorte de graduados universitarios. Para cada plaza de profesor tenemos al menos 10 solicitudes. Quieren ser profesores porque hemos trabajado duro para que enseñar sea una profesión respetable. Ellos son los artífices de nuestra nación, quienes ayudan a construir nuestro país. Se puede decir que los maestros son personas que plantan árboles para que otros se sienten debajo y nadie sepa quién los plantó. Tenemos que asegurarnos de que la gente los respete y entonces podremos obtener una mejor educación.

P. ¿Y les pagan bien?

R. Sí. Trabajan muy duro y su salario está a la par de muchas otras profesiones. La mayoría ingresa en la enseñanza no para ser bien pagados, sino porque quieren ser buenos maestros. Pero aunque la gente esté motivada a enseñar, como país tienes que pagarles bien. No te vas a hacer rico, pero sí vas a vivir de forma confortable. Cuando vas a un reencuentro de tu promoción del instituto y dices que eres abogado o doctor, suena bien, pero en algunas partes del mundo la gente no tiene esa consideración tan buena de los maestros, parece que no te queda mejor opción. En el encuentro en Singapur puedes decir con orgullo: “Soy maestro”. Y la gente dice “guau”. Ya sabe: artífices, constructores de la nación.

P. Sus profesores rotan mucho.

R. La política nacional no dice que te tengas que cambiar de centro, pero animamos a cierto movimiento. No todo el mundo tiene que cambiar, es demasiado inestable. Llevar la experiencia a otra escuela es útil. Es muy común que un profesor sea promocionado a jefe de departamento, pero en otra escuela. Y después a otra como subdirector y a la siguiente de director.

P. ¿Ustedes mandan tantos deberes a sus alumnos como en China?

R. En Singapur hay bastantes deberes y estamos reduciéndolos. Queremos crear espacios para que aprendan cosas nuevas y jugar forma parte del aprendizaje. Estamos reflexionando: ¿es absolutamente necesario que hagan tanta práctica de una determinada cosa? Por supuesto que hay que practicar algo, porque si no rápidamente lo olvidamos, pero puede haber un exceso de práctica en detrimento de otras áreas del desarrollo que nos preocupan.

P. Les inquieta el aspecto emocional.

R. Sí, el bienestar mental. Queremos que reciban una educación integral y sana; que crezcan para convertirse en buenos ciudadanos productivos y buenas personas. Por eso la educación del carácter y de la ciudadanía son tan importantes.

P. ¿No los estresa la prueba a la que se los somete al terminar primaria, con 11 o 12 años?

R. Sí, cosas así pueden ser estresantes, pero una cantidad adecuada de estrés puede ser útil. Acabamos de cambiar la forma en que hacemos nuestro examen final de primaria. En lugar de que cada punto cuente, utilizamos bandas de notas. Básicamente, esto significa que la herramienta no es tan afilada. Lo que les decimos es: los exámenes son importantes, pero no son lo único importante en la vida, no te estreses tanto persiguiendo cada punto, pero aprende y hazlo bien.

P. Pero para ingresar en la universidad necesitan calificaciones altas.

R. Antes éramos pobres, intentando resolver otros problemas mayores, y había pocas vías educativas. Ahora queremos que los jóvenes puedan encontrar un camino que les convenga en función de sus distintas personalidades, puntos fuertes y actitudes. Si pudieran encontrar ese camino, nuestro razonamiento es que serían más felices, estarían más motivados. La gente tiene la idea de que solo nos fijamos en las matemáticas, las ciencias… pero ahora tenemos muchos tipos diferentes de escuelas, escuelas de arte, de ensayo… y más problemas que soluciones. Por eso vamos por el mundo intentando aprender de todo el mundo y no al revés.

P. ¿Qué recomendaría a otros para mejorar sus resultados en PISA?

R. No puedo aconsejar a los demás. Soy de Singapur y tenemos nuestras circunstancias. Cada país es diferente, pero hay algunas cosas que son importantes para nosotros y es justo decirlo. En Singapur, la educación es inversión, no gasto. Incluso en tiempos difíciles, no se recorta en educación para que haya coherencia en la inversión; y para que los directores y los profesores sepan que pueden seguir adelante. Los niños necesitan educación, independientemente de si los tiempos son buenos o difíciles. Estamos en la media de la OCDE, no gastamos grandes cantidades. Para nosotros es muy importante invertir en el desarrollo profesional de nuestros directores y profesores. Y hay que asegurarse que la financiación y el esfuerzo son coherentes. Atraemos a gente buena que esté realmente interesada en la enseñanza: los formamos bien y tenemos un sistema educativo muy bueno. Es un trabajo muy duro y puede ser agotador no para la mente, sino para el corazón.

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