Las privatizaciones y la finaciación de las elecciones por empresas privadas está tan lejos de cualquier idea de justicia social que es detestable que se produzca bajo la aprobación del Partido Socialista de Chile. Se han vendido groseramente. Los militantes socialistas tendrían que abandonarlo en masa. No se puede seguir apoyando a grupos que llevan etiquetas de izquierda y usan frases aparentemente revolucionarias cuando en la práctica ejercen una política neoliberal digna de un Pinochet o Margaret Thatcher.
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No se puede seguir apoyando a grupos que llevan etiquetas de izquierda y usan frases aparentemente revolucionarias cuando en la práctica ejercen una política neoliberal digna de un Pinochet o Margaret Thatcher.