sábado, 11 de diciembre de 2004

Derechos Humanos y responsabilidades históricas

Intervención como presidente del Partido Socialista en el Día Internacional de los Derechos HumanosVilla Grimaldi, 10 de diciembre de 2004.

En este Día Internacional de los Derechos Humanos queremos resaltar nuestro compromiso con su pleno respeto, hoy y mañana. El Partido Socialista de Chile desde su reunificación en 1989 ha incorporado como parte de sus principios la Declaración Universal de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Hoy lo reiteramos. Pero no seríamos consecuentes sino abordáramos de frente la deuda histórica que el país arrastra por las trágicas violaciones a esos derechos durante la dictadura.
Y hagámoslo en primer lugar homenajeando como se merece la figura de José Aldunate, destacado sacerdote. El es una de las personas que mejor expresan la entereza, la coherencia y la resistencia en la que estuvo empeñada toda aquella ciudadanía que se negó a vivir sometida por el terrorismo de Estado que asoló a nuestro país y que luchó en las condiciones más adversas por el respeto a los derechos humanos, contra la tortura y las cárceles secretas. Como líder del movimiento Sebastián Acevedo, nos entregó la fuerza moral de la que carecen quienes fueron parte de la dictadura y se encargaban de reprimirlo para que sus denuncias de tortura y humillaciones no fueran conocidas por los chilenos. Gracias Padre José por su ejemplo de dignidad y de coraje, ejemplo que es semilla ética para las nuevas generaciones. Y queremos también homenajear a nuestros compañeros que sufrieron prisión y tortura, a todos ellos, hoy simbolizados por los dirigentes de nuestra brigada de expresos políticos aquí presentes.
Semillas son para las nuevas generaciones los que combatieron a la dictadura para que pudieran abrirse las grandes alamedas donde volviera a pasar el hombre libre, y que entregaron su vida con honor y valentía, mientras otros dignos chilenos y chilenas sufrieron la prisión y la tortura para que podamos estar aquí los que hoy nos reunimos, para que Chile dejara de ser sinónimo de dictadura y horror. A ellos les debemos nuestra libertad recuperada, porque iniciaron el camino de resistencia en los momentos más adversos. A ellos les debemos que podamos seguir soñando por un Chile justo y podamos actuar en consecuencia. Fueron víctimas de la dictadura porque fueron combatientes contra la dictadura. Jamás los olvidaremos, a los que murieron y a los que sobrevivieron, porque cuentan, y contarán generación tras generación, con nuestra admiración y respeto, así como la de una cada vez más amplia mayoría de la sociedad chilena.
El esfuerzo tenaz de unos pocos, que se fueron haciendo cada vez más, ha permitido ir derrotando el primer objetivo de la dictadura y de sus cómplices: tender un manto de olvido sobre las violaciones a los derechos humanos, y permitido, aunque que queda mucho por hacer, ir derrotando progresivamente su segundo objetivo: consagrar la impunidad de los criminales.
El Partido Socialista mantiene su profunda convicción de que el golpe de Estado de 1973 es responsabilidad exclusiva y excluyente de quienes lo instigaron, planificaron, ejecutaron y justificaron. Como señaló nuestra Comisión Política al cumplirse 30 años del golpe, “está plenamente documentado que la derecha chilena, y el gobierno de Estados Unidos, hicieron todo lo posible para impedir que asumiera su cargo el Presidente Allende, procurando que el Congreso Pleno no ratificara en 1970 la mayoría relativa obtenida limpiamente en las urnas por Salvador Allende. Estimularon además que grupos armados actuaran con violencia, incluyendo el intento de secuestro con resultado de muerte del Comandante en Jefe del Ejército René Schneider, para interrumpir la normalidad institucional, todo lo cual ocurrió antes de que la Unidad Popular asumiera siquiera el gobierno. Esos mismos actores promovieron una oposición multifacética que incluyó el uso abundante de actos insurreccionales violentos, la que apuntaba a un único objetivo: derrocar por la fuerza al gobierno constitucional del Presidente Salvador Allende e impedir la realización de su proyecto de progreso social en democracia”. Así actuaron hasta que lo lograron. Y su responsabilidad y complicidad quedó en evidencia al prestarle pleno apoyo al golpe de Estado de 1973 y al régimen de dictadura militar que se instaló por casi 17 años en Chile, en cuyo centro y periferia se encontraban también muchos de los más connotados líderes actuales de la derecha y desde luego su candidato presidencial. Ellos no tienen excusas para no asumir su responsabilidad. Al no hacerlo, o peor aún, al pretender endosárselas a las víctimas del golpe, o extenderlas a ellas bajo la hipócrita afirmación de que “ todos fuimos responsables”, no hacen más que poner en evidencia su distorsión ética. Los socialistas y la izquierda no fuimos responsables del golpe de Estado, estuvimos en contra del golpe de Estado, luchamos contra el golpe de Estado. Otra cosa es que no hayamos podido o sabido evitarlo.
Las fuerzas que estábamos contra el golpe no fuimos capaces de mantener una política consistente de defensa de la democracia y de llegar a los acuerdos que hubieran impedido el golpe de Estado. Está fuera de toda duda que el Presidente Allende mantuvo al respecto una actitud invariable e intachable. Su gobierno respetó, en medio de circunstancias muy difíciles, todas las libertades y derechos de las personas. Es conocido que el 21 de mayo de 1971 invitó a los chilenos a realizar un proceso de construcción del socialismo en democracia y con pleno respeto de las libertades y que el 11 de septiembre de 1973 pronunciaría un discurso al país convocando a un plebiscito, que hubiera permitido encauzar democráticamente el profundo conflicto que vivía el país. El golpe de Estado fue adelantado por los que habían tomado con mucha antelación la decisión de terminar con la democracia. Y de producir el horror de la violación sistemática de los DD.HH.
No obstante, muchos en la izquierda cometimos errores. Atizamos una radicalización política inconducente. Como también señaló nuestra Comisión Política al cumplirse 30 años del golpe. “Nos propusimos llevar a cabo un programa de cambios que no contaba con las mayorías parlamentarias y sociales necesarias, y no prestamos al Presidente Allende el apoyo que necesitaba para conducir el gobierno por los derroteros que había definido. Nuestra percepción de que la derecha y el gobierno de Estados Unidos harían todo lo posible por interrumpir la democracia y el proceso de cambios sociales, adquirida con especial fuerza desde los años sesenta y validada a la postre por los hechos históricos, nos llevó en efecto a radicalizar nuestras posiciones. Si las conductas intransigentes hubieran sido evitadas y las mutuas percepciones de amenaza hubieran sido despejadas, se pudo haber superado la profunda división de las fuerzas democráticas, contenido la acción de los promotores del golpe de Estado y con ello encaminado al país a un proceso de superación de la crisis por medios democráticos, por avanzada que estuviera la polarización política. Nuestra conclusión, consolidada hace ya mucho tiempo fruto de largos y múltiples debates, es que la lucha contra los enemigos de la democracia debe hacerse con los medios de la democracia. Su pérdida se tradujo, como sabemos, en una gran tragedia histórica”.
Pero que nadie se confunda con nuestra autocrítica, que es leal y sincera: atribuir a las víctimas la responsabilidad de los crímenes cometidos por sus victimarios constituye una infamia. Errores, sí. Resoluciones equivocadas de congresos, sí. Radicalidad inconducente, sí. Horrores, no.
Durante la dictadura militar según los informes de la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación y de la Corporación Nacional de Reparación y Reconciliación, se produjeron 1 983 muertes en manos de agentes del Estado y otras 1 102 personas fueron objeto de detención y posterior desaparición por los organismos estatales de represión. Otras 1 500 denuncias no pudieron ser aclaradas y permanece además una incógnita sobre la magnitud de casos de asesinatos que no han sido denunciados y que de modo verosímil se agregan a las 4 680 situaciones mencionadas. Miles de chilenos fueron apresados y torturados, como ha dejado en evidencia de manera tan impactante el informe Valech, y muchos más sufrieron un largo exilio. Del orden de 500 militantes socialistas perdieron su vida en este terrible episodio de la historia nacional y muchos de ellos estuvieron aquí junto a tantos militantes de la izquierda sometidos a indescriptibles tormentos. No puede ser sino inaceptable para el Partido Socialista que la responsabilidad de semejante situación le sea todavía endosada por algunos. Su actitud ha sido y sigue siendo incalificable.
Cabe recalcar que la dictadura militar logró el completo control del país en 48 horas, de acuerdo a la Comisión Rettig: la supuesta capacidad de resistencia militar de la izquierda era marginal. En cambio, se propuso “extirpar el cáncer marxista” mediante un operativo frío, planificado y persistente de identificación, detención y exterminio mediante torturas atroces, asesinatos y desaparición de dirigentes y militantes sin defensa de los partidos de izquierda y en ocasiones de otras fuerzas políticas, así como de simples ciudadanos. Estos hechos no tienen justificación política y ética ninguna. Saludamos que cada vez más voces se sumen a este hecho irrebatible. Saludamos la actitud del mando del Ejército en esta materia.
Y es que los propios hechos de la guerra tienen su regulación en el derecho humanitario, el que excluye expresamente la tortura y asesinato de prisioneros. Los que justifican los crímenes cometidos en Chile tendrán que cargar históricamente con su insanía moral. Sin embargo, creemos que los esfuerzos sistemáticos desplegados por todos los defensores de los derechos humanos han permitido el retroceso de la lógica de la impunidad y permitido la afirmación colectiva cada vez más consolidada de que los hechos de represión no tuvieron justificación ni la tendrán nunca bajo ninguna circunstancia.
Reitero lo dicho hace un año por nuestra Comisión Política: “Es nuestro deber como sociedad, y especialmente de los que hoy tenemos responsabilidades públicas, legar a las nuevas generaciones de chilenas y chilenos que fuimos capaces de asumir la realidad de los crímenes cometidos por la dictadura que se instauró en Chile el 11 de septiembre de 1973, condenarlos y establecer las responsabilidades correspondientes. Se ha avanzado considerablemente en este propósito Y se debe seguir avanzando irrenunciablemente mediante el método civilizado de conocer la verdad judicialmente y ejercer justicia mediante los procedimientos del Estado de derecho, incluyendo los tratados internacionales que Chile ha suscrito y que está obligado a respetar según el artículo 5 de la Constitución aprobado en 1989. Legar la impunidad y la ausencia de reparación frente a acciones tan atroces e inhumanas sería una irresponsabilidad histórica frente al futuro de Chile. Hemos dado pruebas hasta la saciedad de que no nos anima un espíritu de revancha ni de venganza, sino de búsqueda de la verdad completa, de la justicia necesaria y de la reparación indispensable para que lo ocurrido nunca más se repita. La responsabilidad ante la historia es el fundamento de la postura del Partido Socialista de considerar inamnistiables e imprescriptibles los crímenes cometidos por la dictadura, que no sólo afectaron a las víctimas sino fueron crímenes contra los valores más fundamentales de la sociedad chilena y en definitiva crímenes contra la humanidad. Esta postura procura no sólo cerrar en lo que sea posible mediante el ejercicio de la justicia y la reparación las heridas individuales y colectivas que se arrastran por décadas, sino también dejar consagradas en la sociedad chilena las bases para que nunca más hechos de esta naturaleza vuelvan a ocurrir. Es una postura que busca preservar un futuro de paz y de convivencia civilizada”. Y tenemos el compromiso ético de reparar a las víctimas en todos los planos. Reitero aquí el apoyo del Partido Socialista de Chile y de sus parlamentarios a las demandas por una reparación integral a la altura del daño infligido.
Hoy, luego de revelarse una vez más la verdadera dimensión de los horrores, hay un nuevo clima moral en el país. Los que ayer callaban, hoy también condenan la tortura. Pero ¿será cierto que el país ha conseguido restablecer una unidad valórica en torno a perennizar los principios democráticos de convivencia? Para saberlo, desafiamos a la derecha y al señor Lavín: ¿están dispuestos a apoyar las legislaciones pendientes en el Congreso, como el Tribunal Penal Internacional y la Convención sobre Desaparición Forzada de Personas, que están llamadas a consagrar el reclamo de la sociedad chilena de cara al siglo 21: nunca más golpes de Estado ni violaciones a los derechos humanos? Queremos ver si su condena de palabra se traduce en lo que importa mucho más: en hechos que prueben su compromiso con la defensa de los derechos humanos. Permítasenos saludar como positivos todos los reconocimientos de que la tortura y las violaciones a los DD.HH son inaceptables. Pero permítasenos dudar de la sinceridad de tales declaraciones mientras no veamos la aprobación de los instrumentos jurídicos que consagren que nunca más se vuelva a repetir en Chile la ignominia de la violación sistemática de los derechos de todo ser humano a la vida y la integridad física y moral. En este día internacional de los Derechos Humanos el desafío queda planteado a la derecha. Esperamos su respuesta
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viernes, 30 de julio de 2004

"Bachelet encarna la idea del reencuentro", entrevista El Periodista

(Por Francisco Martorell)

El timonel socialista resalta el liderazgo de la ministra de Defensa, asegura que él tiene un fuerte apoyo interno y que, a diferencia de lo que dicen los analistas políticos, no se cuestiona su dirección. Respecto a la ministra Bachelet es enfático: "encarna una cierta idea de reencuentro del país, no el reencuentro sobre la base de poner nuestras tragedias bajo la alfombra, sino el de irlas asumiendo abiertamente para poder sanar las heridas en la medida que sea posible, porque hay heridas que nunca podrán cerrarse".

Martner es afable y ríe con facilidad. Pareciera que tiene todo el tiempo del mundo, aunque el mismo sea interrumpido por una llamada del Presidente, en los momentos que se hacía la entrevista, o por decenas de militantes que esperan una respuesta a sus demandas.
Gesticula y habla, pensando cada palabra y, también, cada gesto. Es inteligente y lo sabe. Apasionado, y se le nota. Lo mismo que el esfuerzo que hace, cuando una pregunta no le gusta, para no mostrar su enojo. Puede hablar de todo y además escuchar a los otros.
Esta entrevista se hizo en su oficina de la calle París 873, allí donde el PS construye su propia historia desde que dejaron atrás la casona de Concha y Toro. En ese entorno, van y vienen los militantes, así como las actividades del timonel que dirigirá el PS hasta el 2005. Tras la entrevista debía correr raudo a la casa de Enrique Silva Cimma a firmar el pacto municipal de la Concertación, para aquella elección en la cual aspira obtener un 15 por ciento de los votos. Sabe que se "tensó" solo y que no le perdonarán que saque menos sufragios.
La constatación de que hay gente que no lo quiere la vivió cuando puso entre la espada y la pared a los socialistas que trabajan en contra del royalty. Una andanada de críticas se centró en Martner.

¿"Es la prensa estúpida" como se dice o, efectivamente, es el momento más débil de Gonzalo Martner al interior del PS?
Yo creo que nunca, quienes estamos ejerciendo responsabilidades políticas, debemos culpar a la prensa si enfrentamos una dificultad, porque ello sería un mal reflejo. En segundo lugar, la fortaleza o debilidad de un liderazgo político partidario se mide por el grado de apoyo interno y eso no he sentido que haya disminuido. Los liderazgos políticos partidarios son parte de un dispositivo más amplio y en este caso, obviamente, es la circunstancia presidencial que enfrentaremos en un tiempo más. En este sentido, lo que se ve es que la persona que el PS decidió apoyar es Michelle Bachelet, quien se encuentra muy reafirmada en todas las secuencias de encuestas que se han ido conociendo. De tal manera que si uno mantiene un fuerte apoyo interno y, a su vez, sus liderazgos nacionales se consolidan, yo no veo que haya un problema.
¿Es cierto que las huestes de Escalona y de Núñez se están reuniendo para sacarlo de la presidencia del PS en un año más?
Habría que hacerles la pregunta a dichas huestes. Lo que puedo decir es que trabajo armónicamente con Camilo Escalona, quien en este momento nos representa en el comité de campaña de alcaldes de la Concertación, y con Ricardo Núñez, que encabeza nuestra tarea internacional como vicepresidente de la Internacional Socialista, de manera que yo no observo ninguna hueste, pero habría que preguntarles a los interlocutores respectivos.
Sobre su relación con la Moneda, donde asusta que Gonzalo Martner haya "izquierdizado" al PS. ¿Se lo han hecho sentir o sólo son rumores?
La relación que mantiene la actual directiva del PS con el Presidente y su equipo político es muy fluida y directa, donde la mayoría de las veces coincidimos y en otras circunstancias se producen algunas discrepancias, pero ésas se procesan. Tenemos una relación madura entre quienes gobiernan y quienes cumplimos el rol de estar en más sintonía con la sociedad y en la responsabilidad de trasladar, en el ámbito parlamentario y en la relación con el Gobierno, las preocupaciones que existen en la sociedad. Por eso es normal que se produzcan algunas discrepancias que se enfrentan con muy buen talante y con una relación muy constructiva
¿Quiere decir que la sintonía es buena?
Es muy buena&
¿Y eso en relación directa con el Presidente o con aquellos que lo rodean?
Con el Presidente y con sus ministros políticos.
¿Siente que está haciendo una presidencia leal al Gobierno de Lagos?
He manifestado que la relación con el Gobierno es, en primer lugar, de apoyo. En segundo lugar de proposición. Por ejemplo, el tema del royalty fue propuesto por los partidos de la coalición y el Gobierno lo asumió en términos que nosotros consideramos muy positivos. En tercer lugar, hacer ver por los canales que corresponde aquellas cuestiones que no están funcionando bien, porque ningún Gobierno es perfecto aunque éste lo hace muy bien, y eso se ve reflejado en el apoyo al Presidente que es superior al 60 por ciento.
Respecto al royalty: ¿reconoce algún error en lo que gatilló la salida de Correa y la situación con Eduardo Loyola?
Soy una persona que actúa por convicción y la convicción la mantengo. Si no hubiéramos puesto límites a nuestro pluralismo interno, que no tiene nada que ver con la libertad de opinión sino que con una concordancia en la acción, tal vez su pregunta hubiese sido otra: ¿cómo explica usted señor Martner que su partido apoye el royalty cuando connotados militantes trabajan o hacen lobby defendiendo los intereses de las grandes empresas mineras? Frente a esa pregunta, debo reconocer que habría estado en un brete para contestarla. Pero, como preferí evitarme esa eventual dificultad decidimos en el partido, a proposición mía pero con la unanimidad del Comité Central, establecer estos límites. Es decir, no se puede trabajar activa y rentadamente en contra de una política medular del partido, de la Concertación, del Gobierno y del Presidente Lagos, y al mismo tiempo mantener activa militancia en otras filas. En esto hay que preservar distintos bienes como el pluralismo, la coherencia y la claridad de los mensajes. Lo que más daño le hace a la actividad política democrática del país -que tantos defectos tiene-, es precisamente la ausencia de claridad en los mensajes de los actores políticos. Por eso me he propuesto procurar tener mensajes claros y, en este caso específico, he tratado de decir que los socialistas estamos comprometidos para que se legisle sobre el royalty y que si la Derecha se opone, que sea la sociedad la que determine en las próximas elecciones municipales, presidenciales y parlamentarias su propuesta de país.
¿Cuál es la respuesta para los análisis que dicen que la salida de Correa, de alguna manera, hace retornar al PS a una época más autoritaria y estalinista?
Se ha generado en la opinión pública la percepción de que nosotros expulsamos a Enrique Correa, cuando lo que en realidad ocurrió es que libre y voluntariamente él decidió dejar de pertenecer a nuestro partido, algo que nosotros lamentamos pero, sin embargo, respetamos. Sobre volver a otras épocas, yo no recuerdo otras épocas, francamente, en la cual el Partido Socialista haya sido un partido estalinista. En su origen, el PS se fundó como la confluencia de cuatro sectores distintos previamente existentes, y de ahí su existencia ha sido de plena diversidad interna. Si hay algo que está garantizado al interior de nuestra colectividad es la pluralidad de sus expresiones internas. En ese contexto político mi tarea es buscar el mayor número de coherencias.
Pese a que fue una decisión colectiva la actitud frente a los militantes con una posición distinta en el tema del royalty, usted es el centro de las críticas&
Lo colectivo es muy bueno para la toma de decisiones políticas y ese tema se planteó, discutió y aprobó por la unanimidad de los miembros del Comité Central. Ahora, que los debates se focalicen en la cabeza del partido me parece normal. Yo, en ese sentido, no tengo nada que objetar.
Incluso el análisis crítico que hizo de su dirección Antonio Cortés Terzi&
Lo que pasa es que yo no he visto ningún análisis por parte de él sino que meras descalificaciones personales, de manera que eso uno tiene que tomárselo tranquilamente y no prestarle mayor atención.
¿Cuál es la situación oficial de Eduardo Loyola?
El nos envió una comunicación (el martes 27) donde dice que no comparte los fundamentos de la petición, que yo le hice en el sentido que congelara su militancia mientras fuera gerente general del Consejo Minero. Sin embargo, que aceptaba hacerlo mientras dure en ese en cargo.

"LA DERECHA NO QUIERE LEGISLAR"

¿Qué futuro le ve al royalty?
La próxima semana el Senado tiene que tramitar aquello que viene de la Cámara de Diputados. Había una controversia del tipo constitucional a propósito de si se rechazó o no la idea de legislar sobre el royalty, porque la ley incluía a su vez la formación de un fondo para el desarrollo de la ciencia y la tecnología lo que sí fue aprobado. Entonces, aquí hay un tema de si el Senado debe pronunciarse a razón de cuatro séptimos o de dos tercios de sus miembros para seguir dándole trámite al proyecto. Personalmente creo que la derecha no tiene un proyecto alternativo ni tampoco disposición para buscar un acuerdo sustantivo. Más bien veo el deseo de la derecha para que no se legisle en la materia, y si eso es así, significa que no puede presentarse el proyecto hasta en un año más. Quiero recordar que el cuadro en que estamos es muy notable porque la votación de la Cámara fue de 60 a 40. Lo que llama la atención es que ganan los 40 y no los 60. Pero aquí tenemos las leyes orgánicas constitucionales, que son parte de los errores que se cometieron en las negociaciones constitucionales del 89. En su origen estas leyes tenían un quórum del 50 por ciento de ambas cámaras y se subieron a cuatro séptimos, lo que fue un grave error porque no tiene ningún sentido para este tipo de legislaciones. Si hablamos de reglas del juego o derechos básicos puede ser que hayan quórum más altos, pero para legislaciones que tienen ver con la marcha del país o cosas tan simples como cuánto paga cada cual o cuánto contribuye cada sector económico, en todas partes del mundo no es materia de cuatro séptimos sino que de simple mayoría. Otra observación es que en definitiva si dicha anomalía prevalece no habrá legislación sobre el royalty este año.
¿Pensó en algún momento que la derecha iba a dar el apoyo al royalty?
Lo que pasa es que durante siete meses hubo comisiones investigadoras tanto en el Senado como en la Cámara donde se reunió toda la información sobre la contribución de la minería en el desarrollo nacional en términos de empleo, producción, exportaciones y aportes fiscales. En ese debate emergía la posibilidad de que una parte de la derecha pudiese estar disponible para apoyar esta legislación tan justa e irrebatible. Por eso fui uno de esos ingenuos que pensó que podía ser posible generar un cuadro que hiciera avanzar toda la legislación, pero al final nos quedamos con la derecha de siempre: la que defiende los intereses de los privilegiados y, en este caso, los de unas pocas empresas transnacionales por sobre los intereses del país.
¿Se cazó la derecha los dedos con la puerta como con la ley laboral?
Yo creo que sí porque es bastante inexplicable la negativa a que un modesto royalty aporte US$ 100 millones de dichas utilidades a las arcas fiscales, para preparar el futuro del país, es decir, dedicar el dinero para fortalecer la ciencia y la tecnología, teniendo en cuenta que este año las cifras son 9 mil 500 y 10 mil millones de dólares de exportaciones de cobre con utilidades por US$ 4 mil 500 millones. No veo cómo podrá explicar la derecha la actitud que ha tomado. La verdad es que la única explicación posible, y en ese sentido los chilenos no son tontos, es que ellos están para defender los intereses de los privilegiados

"SOMOS UN PARTIDO DE IZQUIERDA"

¿Llega el PS al 15 por ciento en las elecciones municipales?
Eso lo dirán los ciudadanos.
Pero, es la cifra a la que ustedes aspiran&
Esa cifra es parte del nuevo estilo político que nos hemos impuesto: ponernos metas, tensar las cosas y arriesgar. Usted comprenderá que nosotros seremos juzgados como dirección si nos aproximamos o no a esa meta.
¿Y si no llega?
Le contesto el 31 de octubre en la noche&
¿Hacia dónde crece el PS?
Hacia la sociedad&
¿Pero hacia la izquierda o la derecha?
Convengamos que casi todos los estudios de opinión reflejan que sólo una mitad de los ciudadanos se identifican en una escala de centro derecha y hay una buena mitad que no se refleja en esa escala, por eso digo que hacia la sociedad. Obviamente somos un partido de izquierda y estamos orgullosos de serlo; por eso queremos reafirmar la izquierda democrática, libertaria y progresista en Chile. Pero creemos también que, al mismo tiempo, eso se hace interpretando a la sociedad en su variedad de temáticas, algunas de las cuales no son temáticas de la izquierda.
¿Cuáles son los riesgos si ustedes crecen y la Democracia Cristiana disminuye?
Poco me gusta hacer política de ficción porque uno puede hacer una variedad de escenarios. Por eso prefiero que veamos los resultados el 31 de octubre y allí los comentemos.
¿Qué pasa con el PC? Pareciera ser que se ha desdibujado respecto a su campaña municipal&
En verdad no quisiera opinar mucho de un partido que respetamos, que debe tener su espacio en la sociedad y esperamos que les vaya bien.
Pasando al tema Pinochet: ¿le sorprendieron las cuentas en el Riggs?
En realidad no me sorprendió, no porque tuviera información previa, sino porque eso tan parte de la esencia de las dictaduras. No se conocen experiencias dictatoriales, donde a la larga, no se sepan los grados de corrupción.
¿Se llegará hasta el final?
Para la salud política y cívica de Chile los tribunales deben llegar al fondo de todo, y tenemos tribunales que hacen muy bien su trabajo para "lado y lado".
Cierto sector de la derecha pide, indirectamente, tablas en el caso MOP y cuentas en el Riggs. ¿Son empatables esos temas?
Francamente no son empatables porque en cualquier caso, todo lo que se aparte de la ley, debe ser investigado por los órganos pertinentes que son los judiciales. Es allí donde deben residir las investigaciones.
¿Le preocupa al PS el caso MOP?
A nosotros siempre nos preocupó que hubiese un mecanismo, para incrementar los salarios de los funcionarios del MOP, que estaba enfrentado a una severa dificultad de mantener cuadros técnicos competentes para una tarea enorme. Yo personalmente estoy convencido que no es un mecanismo de corrupción, sino que es un mecanismo que estaba bastante en el límite de lo que la ley establecía. Lo que es cierto es que lo que se pudiera justificar en aras de la eficiencia, a la larga no se puede justificar en aras de la transparencia. En ese sentido ha sido muy importante que la justicia haya actuado, pero uno quisiera que los jueces hablaran a través de sus fallos y no se transformaran en agitadores periodísticos.

"Bachelet es una figura que trasciende"
¿Cómo está la relación con Michelle Bachelet después del uso -o abuso como dijeron algunos-, de su imagen en la campaña municipal del PS?
Para nosotros el tema ha sido muy simple, lo que hicimos fue una gráfica institucional en donde en un juego de corazones aparecía, con nuestro símbolo histórico Salvador Allende, nuestro líder actual que es el Presidente Lagos y la esperanza del futuro que es la ministra de Defensa Michelle Bachelet. Esto es algo que no debería molestar a nadie porque es una realidad y ciertamente creo que se levantaron ciertas polvaredas, pero lo propio del polvo es que cae al cabo de un rato. Eso es lo que ocurrió.
¿Qué rol se espera de ella en la campaña municipal?
En el lanzamiento de las candidaturas de la Concertación en el edificio Diego Portales, las ministras Alvear y Bachelet tuvieron una presencia protagónica. Fueron muy requeridas por los candidatos a alcaldes y concejales nuestros, sacándose muchas fotografías con ellas. Ellas pueden ser partícipes, con prudencia por supuesto, de una cuestión bastante simple que es que quienes hoy día se van a someter al juicio de los ciudadanos para gestionar el poder local tengan también el apoyo de quienes son las figuras nacionales de la Concertación.
¿Significa una participación amplia apoyando a la Concertación? ¿Le gustaría un rol más protagónico respecto al PS?
Para nosotros Michelle Bachelet es una figura que trasciende en mucho a nuestro partido y eso nos parece fantástico. De manera tal que si muchos candidatos de otros partidos piden su presencia o quieren sacarse fotos con ella, a nosotros nos parece muy bien. No tenemos ninguna actitud de encerrar el liderazgo de la ministra y su ascendencia sobre amplias capas de los ciudadanos. Ella se pone a disposición del país a pesar de ser una figura socialista.
¿Cómo se explica el liderazgo de Michelle Bachelet desde el punto de vista socialista, teniendo en cuenta que es una candidata íntegramente socialista, sin doble militancia, como lo fue Lagos? ¿Qué busca la sociedad en ella?
La sociedad busca líderes honestos, transparentes y acogedores respecto a las demandas que los ciudadanos tienen en relación a la esfera pública. Eso no es propiedad de ningún partido en particular, y especialmente en el contexto de la Concertación, que es la alianza más duradera que ha tenido la política chilena desde el siglo veinte en adelante. Por lo tanto, el tipo de liderazgo que Michelle Bachelet ha ido estableciendo es el apropiado para todos los adherentes de la Concertación. Bachelet encarna diversas cosas: primero, es la continuidad natural del Presidente Lagos en cuanto a las opciones de país y tipo de sociedad que se aspira a construir, pero al mismo tiempo, ha desarrollado un tipo de liderazgo que es el que la sociedad quiere tener. Fue ministra de Salud, un ministerio bien complejo, donde hizo avanzar fuertemente las tareas que el país tiene en materia de salud pública y ahora como ministra de Defensa, siendo hija de un general democrático que murió en la cárcel producto de las torturas en la dictadura militar, representa el nuevo rol que las mujeres están asumiendo en nuestra sociedad. Pero, al mismo tiempo, encarna una cierta idea de reencuentro del país, no el reencuentro sobre la base de poner nuestras tragedias bajo la alfombra sino el de irlas asumiendo abiertamente para poder sanar las heridas en la medida que sea posible, porque hay heridas que nunca podrán cerrarse. Al mismo tiempo va generando la idea de que en nuestro país sí se puede convivir con todos sus componentes. Creo que son ese conjunto de factores los que explican la adhesión que la sociedad tiene con Michelle Bachelet.
¿Qué va a decir el PS en el caso de que Michelle Bachelet siga repuntando en las encuestas? ¿En algún momento esperan tomar las riendas de ese liderazgo?
Ella cumple en la actualidad una función: ser ministra de Defensa del Presidente Lagos. Aquí la definición es clara, mientras ella sea ministra no es candidata presidencial pese a que las encuestas la colocan en una situación de gran adhesión pública. Para nosotros las decisiones están tomadas: vamos a presentar a la Concertación un candidato único que sería Michelle Bachelet y eso ya está discutido y consagrado en el partido, independientemente de los resultados de las encuestas el día dos de noviembre.
¿Es más temible el Lavín de ahora en comparación al de 1999-2000?
Creo que la novedad se perdió. Lavín estos años cumple la función, más mal que bien, de líder de la derecha con un traspié tras otro. A su vez, como alcalde de Santiago tiene una gestión más bien mediocre y eso genera una distancia mayor en una competencia política que es estrecha. La Concertación y la derecha son fuertes en Chile, pero uno tiene la impresión a partir de la importancia de la adhesión al Presidente Lagos y a las figuras públicas de la Concertación, que la opción de Lavín podría tener problemas.

miércoles, 14 de julio de 2004

Martner: No aceptaremos que se defienda a mineras a cambio de dinero

Fuente: Emol.com - http://www.emol.com/noticias/nacional/2004/07/14/153022/martner-no-aceptaremos-que-se-defienda-a-mineras-a-cambio-de-dinero.html


Tras la renuncia del ex ministro Enrique Correa, el presidente del partido, Gonzalo Martner, reiteró sus advertencias a los militantes que no apoyen el royalty. 

SANTIAGO.- El presidente del Partido Socialista (PS), Gonzalo Martner, dijo que lamentaba la renuncia del ex ministro Enrique Correa a la colectividad, pero advirtió que el partido se mantendrá firme en su posición de no admitir la disidencia de sus militantes en torno al royalty. En duros términos, Martner fue enfático en afirmar que el partido no va a aceptar que sus miembros reciban dinero para defender los intereses privados en desmedro de las políticas del Gobierno. En ese sentido, criticó fuertemente el lobby que desarrollan las empresas mineras y la contratación de asesorías con el fin de "presionar" a los parlamentarios para que voten en contra de dicho gravamen, y menos que militantes de las filas socialistas reciban pagos para realizar gestiones que van en contra del partido, del Gobierno y de la Concertación. 

El Mercurio en Internet Miércoles, 14 de Julio de 2004, 14:05 

sábado, 6 de marzo de 2004

¿Debemos temer a la biotecnología?


A propósito del Congreso de Biotecnología, Febrero de 2003.

Se realizará en la primera semana de marzo en Concepción un importante evento sobre biotecnologías. Bajo el impulso del gobierno regional, que ha decidido hacer de esta actividad uno de los ejes del desarrollo de la región del Bío-Bío, se congregará a especialistas y autoridades para discutir sobre uno de los más apasionantes desafíos del siglo 21. En efecto, están envueltos en este tema aspectos que, junto a las nuevas tecnologías de la información, estarán en el centro de los mejoramientos previsibles de la calidad de la vida humana que obligan a resolver diversos dilemas.
La emergencia de aplicaciones biotecnológicas a diversos procesos productivos y en la medicina es ya una realidad que se instala. En Chile se están, sin ir más lejos, dando los primeros pasos para reducir sustancialmente los costos del procesamiento del mineral de cobre, bajo el impulso de Codelco, mediante el uso de enzimas desarrolladas por científicos nacionales, aumentando la riqueza nacional. Más ampliamente, el país empieza a abordar el uso y producción de materia genéticamente modificada, con especiales implicancias para la agricultura.
En el mundo, se extiende la utilización de semillas transgénicas que aumentan sustancialmente la resistencia de diversos cultivos a plagas y enfermedades, pero que a su vez abren el debate sobre los riesgos de evoluciones biológicas no previstas que pudieran dañar la salud humana y alterar negativamente los equilibrios ecosistémicos. Para algunos, esta es una fuente gigantesca de negocios futuros a los que no debiera ponerse trabas. Para otros, debe actuarse con extrema cautela, y ante la ausencia de conocimiento completo sobre los impactos, aplicarse el llamado principio de precaución. Así lo ha hecho la Unión Europea, que ha declarado una moratoria sobre el comercio de transgénicos. Pero esta moratoria va llegando a su fin.
Entre tanto, viene cambiando sustancialmente la capacidad de sobrevida para productores de algodón genéticamente modificado en países africanos muy pobres y en Argentina y Brasil se produce soja transgénica que abarata los costos de producción de la alimentación animal. Una estricta regulación en esta materia se impone, limitando en especial los cultivos transgénicos a superficies combinadas con cultivos tradicionales para cautelar el peligro de mutaciones genéticas perjudiciales y evitar la pérdida de biodiversidad, así como vigilar daños a la salud humana, que hasta acá no se han evidenciado.
En Chile se ha liberalizado recientemente el uso de transgénicos, lo que requiere de un debate más amplio sobre las regulaciones necesarias en la materia y sobre el esfuerzo que el país debe hacer para invertir más en esta área.
En el campo de la investigación para mejorar la capacidad terapéutica de la medicina, se ha producido en estos días un importante avance en la clonación de embriones humanos por un equipo de científicos de Corea del Sur, demostrando que cruciales avances no tienen porqué limitarse a los grandes países. En este caso, se abre paso al futuro tratamiento para enfermedades como el Parkinson, Alzheimer, diabetes y lesiones de la médula ósea, con la perspectiva de aliviar el terrible sufrimiento humano que estas patologías provocan. Esto suscitó de inmediato reacciones conservadoras que se oponen a la clonación humana en toda circunstancia. Por cierto cabe condenar y prohibir las derivas y delirios, como la constatada en Italia con la fecundación e implantación de embriones en mujeres postmenopáusicas o el anuncio de clonación para fines reproductivos por sectas irresponsables. Pero no cabe renunciar al uso de embriones clonados para fines terapéuticos, pues para muchos científicos el paso de lo vivo a lo humano puede fecharse en el momento en que el embrión tiene un desarrollo del sistema nervioso que le permite iniciar la percepción del entorno y no antes.
No renunciar al progreso técnico con sentido humano requiere no rendirse frente a la presión comercial ni a la experimentación científica sin control. Requiere, en suma, que la sociedad lo ponga al servicio del bienestar humano. Para ello se necesita de poderes públicos competentes y con capacidad regulatoria efectiva, rigurosa y apropiada. El uso del avance científico y tecnológico no puede quedar sólo en manos de los científicos y menos de los intereses comerciales y del afán de lucro. Ya lo decía Tolstoi: "la ciencia carece de sentido, pues no da ninguna respuesta a la única pregunta que es importante para nosotros: ¿qué hemos de hacer?, ¿cómo hemos de vivir? ".
Chile debe prepararse para poner los avances de la biotecnología al servicio del progreso humano en nuestra sociedad. Esto no se improvisa, como tantas veces lo hacemos. Debe abrirse entre nosotros un debate público, pero con fundamentos. Esto supone, entre otras cosas, incrementar el esfuerzo que ya viene realizándose en materia de gasto público en ciencia y tecnología. Nuestra meta actual es alcanzar un gasto de 0.7% del PIB. En Estados Unidos y Japón, se gasta en esta área el 3% del PIB, en la Unión Europea más del 2%, y hacia allá debemos avanzar en la perspectiva del bicentenario.
Y supone fortalecer nuestro sistema de educación universitaria y técnica, para formar los recursos humanos para hacer ciencia y para absorber el avance del conocimiento en tiempo real. En los países avanzados el gasto público en el sistema universitario es del orden de 1% del PIB, mientras en Chile no alcanza una cuarta parte de esa proporción del tamaño de la economía. Estamos atrasados. Muchos chilenos no comprenden lo que leen y la mayoría de los que han recibido educación avanzada no logran asimilar conceptos básicos.
Es tiempo de priorizar la ciencia y tecnología y especialmente la biotecnología, dada nuestra condición de país bien dotado en recursos naturales, así como la formación intensiva de recursos humanos a la altura del desafío que nos impone el avance científico y tecnológico.Más allá de nuestros debates políticos contingentes, tantas veces reducidos a tal o cual afán electoral y sin que medien ideas y propuestas sustantivas, es este uno de los debates de política pública que valen la pena, especialmente cuando como país deberemos decidir este año y el próximo el futuro que queremos para nuestros hijos.

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