Termina el 2010, año difícil para los que nos situamos en la izquierda del espectro político. No se termina de asumir un cierre de ciclo histórico fruto de una derrota política grave. No emergen aún nuevas perspectivas. El desconcierto se profundiza. Ahora Camilo Escalona toma pretexto de unas memorias de Carlos Altamirano para cambiar de cancha, referirse a 1973 y esquivar el debate sobre las responsabilidades de hoy. Todo esto en nombre del pueblo y de la responsabilidad. Como se trata de dos temas muy importantes, me permito comentarlos, con la esperanza, que sabemos es lo último que se pierde, de no contribuir a las animosidades personales sino a debatir ideas y que 2011 sea el inicio de la recuperación del hoy oscurecido proyecto libertario e igualitario de la izquierda en Chile. Esa es la contribución que a lo mejor muchos de nosotros podemos hacerle al país y a los que observan probablemente desconcertados la acritud de las polémicas en curso y a los que pedimos excusas de antem